Lectores:
El autor nos lleva nuevamente a ese mundo de Hollywood, del cine por medio de Joel y Janette, un productor y una actriz más de todos los que encontraremos en estudios o en calles. Y es una obra, podría decirse, que es para leer con esa música de jazz de tipo "Be-bop" con un gin tónica en mano los adultos y una zarzaparrilla lectores que todavía no pueden tomar alcohol.
Como si mirásemos la cada de la "Mona Lisa" enfrentamos en la obra con nuestra mirada esa pasión, amor, ambiciones y sacrificios de un mundo del espectáculo, tal vez, no tan bello como se suele pensar cuando miramos una película o leemos una noticia de un actor, actriz, productor o director. Aunque eso en los últimos tiempos tal vez no sea tan así.
Ciertamente estamos ante un tema primordial: la ética. Respecto a cada uno de los aspectos que Harold Robbins nos alumbra como con una linterna o quita brillo como si nos diese una gafas de sol.
Sabe juntar temas variados, mundos como el de la moda y jugar con la idea de que pudo pasar con esas fortunas de los nazis. Además, juega con un aire por momentos que me lleva al libro de Navokov "Lolita".
Leí en algún lugar que "no existe editorial que publique indefinidamente un mal libro". Sin embargo, no es este el caso. Es un buen libro y me apena no ver reediciones ni nuevas ediciones de la obra. Parece haberse perdido en algún lugar. Más:
"(...) ni ocultos camino en montañas, (...)
(...) que las miradas hablaron,
en los sueños de los que soñaron."
Vale la pena su lectura, su recomendación, su petición y una campaña para que una buena obra no sea tan olvidada como un buen hombre.
Me dejó sin palabras durante unos días después de leerlo. Espero que si lo leéis los disfrutéis.
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