"Podemos perdonar fácilmente a un niño que tenga miedo a la oscuridad; la tragedia real de la vida es cuando los hombres tienen miedo de La Luz." Platón.
Con obras como esta todos los lectores tenemos una natural atracción, unas veces es sólo el título otras es el texto en sí como marca fundamental de lo que quiere darnos a ver el autor, un autor que de hecho enlaza muy bien el misterio, el terror, lo extraño con la típica historia de misión arraigada en el genero al que pertenece esta obra y que bebe del clásico genero de aventuras.
La tensión se presenta con toda crudeza en la narración pasando de ese temor inconsciente que habita en el lector a ese miedo consciente que se manifiesta de forma terca en los momentos más diáfanos de la historia que David Muñoz López nos presenta.
La obra desprende profundidad, estimulo y es capaz de transportar al lector a través de las páginas con un juego de detalles que cualquier ropa viste la narración con un magnetismo que lleva a entablar cierta relación obra y lector. Es algo en lo que parece haberse esforzado el autor y logrado.
La novela nos abre los ojos a mirar más allá de la fachada para perdonar a los hombres el miedo a La Luz tanto como a los niños el dedo a la oscuridad. A través de los personajes se hace posible ese sentimiento de perdón y de ser perdonado en el lector con lo que más allá de La Luz o la oscuridad el lector descubre ese paz interior profunda y seductora que sobrevivir a cualquier tipo de amenaza.
Creo, finalmente, que debe expresar la maravilla de con se abordan aquellas cuestiones ocultas y como la propia obra devora al lector antes de que se pueda dar cuenta de lo que está leyendo.
Un gran aplauso a este autor y una reverencia ante una obra que me ha dejado confrontando ante un espejo la admiración por aquellos autores capaces de escribir de forma fluida obras como esta.
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