Buenos lectores:
Ayer estaba viendo Cuarto Milenio y me sentí un poco como el protagonista de "La desventuras del joven Werther". "El diario de un loco" o "Las almas muertas". No, no en un sentido oscuro y tétrico sino en un sentido infantil que me llevo directamente a recordar este libro de Marcel Moreau que forma parte de mi "biblioteca de lo extraño" como en otro tiempo fue parte de otra biblioteca de la que salió expurgado.
Cuando tengo que recomendar este libro a conocidos o a amigos siempre les recuerdo unos versos que leí un día en un foro dentro de un hilo llamado "Poemas para escritores" y, en ellos, se leía:
"Busca las respuestas en Tierras,
al este de las suaves sierras,
en la tierra del Sol Poniente,
en Arandunë donde no se miente."
Otras veces es desde las palabras de J.R.R. Tolkien en una carta a su hijo Christopher donde le decía: "Los álamos ahora no tienen hojas, salvo una ramilla en lo alto; pero aquí abajo octubre está todavía verde y frondoso."
La razón es de que empiece con una de estas cosas es por que en este libro un lector busca siempre respuesta a dos cosas posibles a las civilizaciones antiguas que basaban su vida en las estrellas en diversos lugares de nuestro planeta o que busque esos lugares verdes y frondosos que nos hablan de primavera del saber cuando estamos llegando a un invierno y perdida de conocimientos como los álamos pierden las hojas.
Por eso este libro es interesante nos quedemos en la Tierra o vaguemos con la idea de civilizaciones que vinieron a través del espacio. Nos abre una puerta a ese "Arandunë donde no se miente" o a ese lugar donde "octubre está todavía verde y frondoso"; pues, nos deja abierto un sendero de nuevos conocimientos respecto a nuestro pasado, tal vez, nuestro presente; y, en definitiva, nuestro futuro.
Un libro maravilloso, único e irreductible como la aldea gala de Asterix y Obelix que os espera y anhela que le deis una oportunidad.
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