Lectores:
Largo tiempo hace que en los libros de texto del colegio o en el instituto veía el nombre de Torrente Ballester. Más sus obras curiosamente nunca eran sugerencia de lectura por parte de los docentes.
¿Un error por su parte? No, no lo era. El error estaba en un sistema educativo que tal vez como en el arte no deja espacio a mirar cosas nuevas y diversas posibilidades.
Se dice que los buenos libros han protegido la capacidad de pensar libremente de forma decidida y valiente a pesar del destino de sus autores o de que estas obras han intentado ser relegadas a un paciente olvido. Tal vez ha sido por eso que durante la pandemia muchos volvieron a los libros, buscando respuestas. Y, las encontraron para ella y también respecto a guerras, ecología o incluso corrupción. Descubrieron que no había nada nuevo, pero que muchas cosas habían sido relegadas al olvido desde vete a saber que instancias influyentes.
Juntos libros y lectores vuelven a sentar bases capaces de transformar el mundo si como los creadores de esas historias no se dejan vencer por la resignación y el conformismo que nos transmiten muchas veces los medios.
Unos versos decían en algún sitio, que ahora no soy capaz de recordar:
"Más que peligroso es leer en demasiado,
que peligroso conocer nuestro hado,
escrito en cartas o estrellas."
Casi esos versos parecen querer hablarnos de algunos personajes de la obra tanto como de nosotros mismos. Es en este punto donde obras como esta de un autor que algunos sólo conocemos, como antes decía, por verlo en un libro de texto de pasada o por saber que da nombre a un premio literario nos asaltan. Va a dar igual su tamaño o peso, si tiene muchas o pocas páginas, pues nos atrapará como una araña a la mosca en su telaraña, en el caso del libro de palabras escritas en tinta.
Precisamente que obras como esta nos asalten y atrapen es bueno, por que significa que a pesar de lo que nos quieran vender esta nos traslada una visión más compleja de la sociedad y cultura de una época, juega con el pesimismo y la idea de la muerte como si fuese Uno Fóscolo en alguno de sus poemas u versos, más Gonzalo Torrente Ballester lo hace magistralmente en artículos. Artículos de los que muchos periodistas y comentaristas hoy en día deberían de aprender pues son como mirar el mundo a través de los cuadros de Fragonard o de Piero della Francesca con sus retratos y frescos. Es una mirada clara que hoy en día muchas veces no se transmite y que me hace viajar al libro de Flores Valero "A las nueve de la mañana".
Si Torrente Ballester en esta recopilación invita a mirar nuestra sociedad pero también hacia la literatura de países vecinos y obras distintas a esta suya pero que si tienen cierto eco con pueden ser aquellas que están tras Beaumarchais, de Commines o de Baudelarie.
Nos encontramos con un realismo y naturalismo unificados en artículos en una obra como si fuesen una fantasía de Berlioz que intentan hacer despertar al lector.
En cierto sentido esta obra recopiladora de artículos de Torrente Ballester es como "El Canto al Sol" de San Francisco de Asís, aunque claro el tamaño es muy distinto entre ambas obras y lo que uno ve a primera vista tampoco puede que sea lo mismo.
A pesar de su extensión me ha parecido una gran obra, muy interesante, educativa y digna de ser mostrada más en las aulas. Me ha dado la sensación que no es suficientemente apreciada frente a otras obras y creo que si sabemos que hay un Premio Torrente Ballester tenemos que saber que tipo de textos y obras escribía en todos sus aspectos e ir más allá de "El casamiento engañoso", "Los gozos y las sombras" o "Filomeno, a mi pesar".
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