Estimados lectores:
Hoy me he terminado asombrando con lo que llego a mis manos y decidí escribir sin más. Sin pensar. Sin analizar en profundidad. Dejándome llevar como un trozo de madera sobre las aguas del océano. Esta obra no es para menos.
Se dice que "el ser humano puede mirar lo que hay a su alrededor, pero comprenderlo y explicarlo le es realmente difícil". Es lo que a mi me ha pasado con este libro que tengo entre mis manos y que os quiero dar a conocer. Así tengo que comenzar a hablar o escribir sobre una bella obra llena de poesía textualmente visual y visualmente textual. En cierto modo es como esas églogas de Juan del Encina sobre todo cuando una se siente trasladado a ese lugar de la infancia o a ese conocimiento sobre un ser querido que se pudo o no conocer. Tengo claro que su descubrimiento ha sido toda una epifanía en la que se habla de esa fraternidad humilde y de la libertad. Más Sara Aguilar guiña un ojo a lector u observador que camina entre las páginas de esta obra donde vemos una vivacidad y un colorido que hace soñar a niños y surcar el entramado de la vida o de los recuerdos a los adultos.
Me recordó otra historia, No, otras historias menos ilustradas y con mas palabras pero que la igual que ellas tiene esa belleza y amor que transmite y se transmite y que viaja casi desde un sentir pasado hacia nuestro mundo actual y a cada uno de nosotros haciendo que miremos a nuestros padres, a nuestros abuelos, a nuestros familiares varios de una forma distinta. Es una obra valiente, halagüeña, natural para aquel que recorre sus páginas.
Está claro que existen muchas formas de contar historias, esta es una de ellas, pero sentir que uno viaja con el personaje o incluso que es el personaje que se adentra ahí en ese lugar con la mirada es algo tan claro y maravilloso como analizar una piedra de feldespato para un geólogo. En el caso de esta obra casi podría decirse, o sin casi, que para ciertas edades es una amazonita con total claridad.
Amigos, me atrapó sin darme apenas cuenta como si la obra fuese un felino y me quedé tan ensimismado como si tratase de memorizar el listado de monarcas llamados Felipe a lo largo de la historia.
Os voy a decir un cosa. Me imagine la historia como animación en un estilo narrativo similar al del director italiano Federico Fellini en "La Stradda". Eso me pareció muy interesante y curioso.
Por consiguiente creo que se le puede echar un vistazo si os apetece por vosotros o si no tal vez por vuestros hijos, nietos, sobrinos...
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