sábado, 13 de julio de 2024

"PADRINOS DE GUERRA" de Vicente Moratalla

Lectores:

Algunas veces es cuestión de confianza. Confianza del escritor para defender su obra, del editor en creer que la obra vale la pena y por supuesto del lector en creer que tal vez esa obra le va a gustar. Es cuestión muchas veces de confianza en que habrás grupos de personas dispuestos a leer y debatir sobre lo que uno como escritor ha escrito.

Así debe de ser siempre. Existir confianza. En las obras pero muchas veces también en los grupos que se juntan para leer sobre libros y realizar cosas vinculadas a la literatura. Lo triste es cuando esa confianza en el grupo se rompe por compartirse fuera del grupo aquello que se dice dentro del grupo. Eso crea un clima poco agradable para el fomento de la lectura. Yo soy muy tiquis miquis en ese tema. Siempre pongo una prueba en los grupos de lectura en los que estoy para saber si puedo confiar en que lo que diga y las palabras que diga en ese grupo saldrán o no de ahí. Así veo si existe gente confiable o no en esos grupos y ver hasta donde puedo expresarme con libertad sin que le llegue lo que digo a terceras personas, sean familiares o no. 

Unas veces como en el caso de esta novela uno puede sorprenderse para bien. En otros casos, por una única persona puede conseguir con un comentario de algo que se ha dicho en el grupo la confianza en el conjunto del grupo. Así uno se plantea abandonar, pero no. No pienso en abandonar un buen libro como este. Eso sería algo totalmente descabellado pues una cosa si es cierta. Los libros hablan de sí mismos pero no dicen lo que tú les cuentas en confianza mientras los estas leyendo.

Ahora bien, dicho todo lo anterior. ¡Hablemos de esta novela!

En cierto sentido como podemos ver en la novela el ser humano expresó siempre una especial afinidad o, llamémoslo, devoción hacia la confianza pero como vemos en esta historia esa idea aparece bajo un manto que nos lleva a ciertas novelas y trilles de genero negro y aspecto, por así decirlo, "Pulp" sin realmente serlo o integrase en él. Así en este caso nos encontramos con una novela para nada extraña, confiable, tan hermosa como una obra rocoso, pintura o escultura, flanqueada por columnas corintias.

Literariamente tiene un aire con "Gatsby el magnifico" o "Suave es la noche" de Grancis Scott Fitzgerald sobre todo en el tempo que usa para encauzar la narración y llegar al lector. Junto a ello tiene un toque un recuerdo que nos lleva a las novelas de Ian Fleming "Casino Royal" o "Golden Eye". Más no esto último si pensamos en cine. 

Está claro que esta novela es como ese viento cálido y seco de los valles de Suiza que más allá de acariciar nuestra piel se instala en el corazón del lector. Como ciertos cantos canario se entrevé un texto elegíaco, con ese toque de bolero oscuro y triste que traslada una profunda añoranza.

Se podría decir que es como los versos de la poeta uruguaya Amanda Berenguer:

"Detrás de mi, mis ojos escondidos,
buscaban, hace tiempo, y hoy preguntan:
que ayer fue sueño lo que ahora es bruma,
que ayer fue río lo que ahora es rastro,
y nave viva lo que ya es naufragio."

Una obra, por consiguiente, muy recomendable para leer.




 

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