Lectores:
Existen días en que uno puede poner un libro junto a un dibujo y ambas cosas decir mucho de ese alguien, de lo que es o de lo que fue.
Existen obras que se presentan con la fuerza y el ánimo de transmitir lo mejor de ellas y de su autor. Y, si soy honesto, creo que esta es una de esas obras. En medio de un mundo convulso donde hay pandemia, terremotos, inundaciones, erupciones volcánicas, incendios, guerras que una obra nos hable de un profesor de historia jubilado, que trate temas del ser humano como el Alzheimer y que enseñe a conocer ya no como es (que a lo mejor eso se pierde como posibilidad) sino como fue una persona a través de su biblioteca o de los libros que ha leído a lo largo de los años es algo inmersivo y que invita a pensar mucho.
Recuerdo un poema que decía en una de sus estrofas:
"De la oscuridad eres la hija,
de la noche blanca y fría,
del cielo estrellado que cobija,
la memoria del mundo que existía."
La experiencia de leer y la gratitud del lector cuya memoria puede perderse salvo en esa biblioteca y esos libros que le regalaron. Y, ese profesor te dice a ti, me dice a mi, le dice a los que leen sus palabras.
"En época pasada, me regalaste este libro con todo tu cariño y aprecio, con el fin de que yo lo leyera, lo valorara y lo conservara. Dentro de poco tiempo, no podré realizar ninguna de esas tres tareas. Una enfermedad me va a impedir leer o entender lo que leo. Como señal de despedida y, sobre todo, de afecto, te devuelvo el ejemplar junto al agradecimiento y la satisfacción que siento por haberte conocido. (Capitulo 17).
Habla de devolver algo que une, de valorar algo que uno ha poseído. Habla de enseñar a no destruir sino a compartir y que el recuerdo habite en otros aún siendo desconocidos.
La obra me ha hecho pensar en todos esos libros que se tiran y destruyen de grandes o pequeñas bibliotecas personales, particulares, únicas o que se expurgan a la destrucción en bibliotecas públicas o de colegios e instintos, incluso en universidades, sin ofrecérselos previamente a las personas que hacen o han hecho uso de ellas.
Algunas veces es mejor ceder a otro la obra, ser como el personaje de "El hombre tranquilo" de John Ford o de "Alguien voló sobre el nido del cuco" de Milos Forman para hacer ese regalo a otro, a otros. Ciertamente, una obra bonita y entrañable esta de Javier Sachez García que invita a que no tiremos los libros pues si pertenecen o perteneciera a alguien se puede saber mucho de esa persona a través de ellos.
La recomiendo sus dudar un pelo.
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