domingo, 22 de septiembre de 2024

"El Narrador de Historias" de Harold Robbins

Buenos lectores de aquí y de allá:

Hoy tengo que decir que de inicio me sentí un tanto mareado, como si estuviese embriagado de lecturas y de letras. No tenía fuerzas ni para escribir ni para dibujar. Por eso se comentario me va a costar un poco redactarlo. Quizá es culpa de leer obras como esta.

¿Por qué digo esto?

Algunas veces criticamos las novelas que se presentan ante nosotros, otras nos confunden y no sabemos que decir de ellas, algunas como duros con ellas porque después de leer la sinopsis y el título esperamos algo diferente a lo que hay. Esto tengo que decir que puede suceder con facilidad con esta obra de Harold Robbins. La culpa en la mayor parte son nuestros prejuicios, la comodidad de repetir lo mismo que otros para quedar bien con ciertos elementos de la sociedad. No es mi caso a la hora de hablar de los libros pues dejo de lado lo que otros digan para expresar lo que yo tengo que decir coincida o no con lo que ellos tengan que decir sobre la misma obra. Eso siempre es bueno si uno espera crear debate.

En mi caso no puedo hacer esa crítica dura a esta obra porque en realidad en esta historia el autor refleja las actitudes que hay en cierto sector o sectores de la sociedad (algo común en sus libros) a través de cada personaje, y podríamos fácilmente identificarnos con uno u otro. Si, podría decir que es una iluminada obra, original y en conjunto dentro de los temas que toca, monumental, serena y podría decir que para nada es una novela florero aunque reconozco que alguno la vendieron como tal no sé si por hacerla quedar mal o para que pudiese ser publicada.

Creo que dentro de su forma de contar las cosas actúa Harold Robbins como Diderot, Chateaubriand o, incluso, Verne pero desde una concepción de la narración e historia totalmente distinta o diferente salvo en esa descripción entre realista y costumbrista de la sociedad de la época que le toca vivir. Lucha contra la opresión que nosotros mismos creamos y mantenemos como un laberinto cotidiano cuando aceptamos ciertas interacciones y formas de actuar de otras personas en nuestro entorno, social, familiar o laboral.

Si, la obra es un espejo de nuestro mundo donde como nosotros los personajes deben aceptar tanto el amor como el dolor.

Ahora bien, Harold Robbins en esta novela hace como César Frank en "El Cazador Maldito" creando una vasta y gran melodía alrededor de un tema en torno al cuál se construye todo uniendo y repitiendo pequeños motivos, que va separando a través de intervalos muy estudiados de tiempo que caen sobre el lector como una espada que cubierta de runas nos entrega la realidad como si fuese muerte para que entendamos mejor mucho de lo que hay ante nosotros incluso lo puro, lo bondadoso, clemente y lleno de templanza que se oculta de las luces y focos que alimentan los egos de muchos a nuestro alrededor y a diferentes niveles.

Me ha parecido una gran novela y la he disfrutado tanto que he pensado que no podía esperar más para recomendárosla.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Aquí puedes dejar lo que te parece cada uno de los comentarios.