Lectores:
Algunas veces la persona que escribe una obra quiere en silencio conducir al lector mediante un asedio de palabras que desbordan las nuestras y ahogan nuestros pensamientos.
Es lo que me ha pasado con esta obra, pero no únicamente con ella, también con las de otros autores. Tal vez por que cuando realicé la primera lectura me daba la sensación que lo que hacía la autora era reestructurar el estilo propio de este tipo de literatura pero sin ofrecer un cambio importante.
Para aquellos que gustan de leer como hijos de la literatura, esa primera percepción invitaba o invita a pensar en desenmascarar una posible inseguridad de la obra o de la autora. Nos invitaba, o invita, a que uno se entregue a la vana gloria de aquel que se cree juez y jurado de una historia.
Con maravilloso estupor tengo que decir que tras una segunda lectura logré librarme de ello y disfrutar de las vicisitudes de los personajes y de esos momentos cruciales que la autora prepara para despertar nuestro corazón con la silenciosa nostalgia de la noche.
Mark Twain decía: "La raza humana tiene un arma verdaderamente eficaz: la risa."
Esta obra es precisamente esa risa que Twain comentaba y es por ello que con todas las fuerzas que inspira su lectura tengo que invitaros a que os aventuréis en ella.
Creo que sería muy interesante ver comentarios bien amueblados con respecto a esta obra, mejores que mis palabras, que para quién tropieza con ella. Así siempre debe ser ese encuentro necesario en el viaje de la vida para recorrer tierras fuera de lo que nuestra imaginación y que uno pueda tejer o sitios reales donde el mundo se hace interminable o donde La Luz que nos es entregada se convierte en un ruido que nos atormenta.
No reir, pero si en algún momento me ha sacado una sonrisa al recordarme con nostalgia otras lecturas realizadas en el pasado.
¡Leedla!
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