Amigos Lectores y amantes del cómic:
De esas cosas perennes a través del tiempo son los cómics de Mafalda. No importa quien los lea, el tema o lo que nos rodee, siempre nos enseñan algo de nuestra sociedad desde esa particular perspectiva de la protagonista, o de sus amigos.
En este caso nos habla de diversas fiestas, festejos y similares. Nos habla de la relevancia que les damos o el olvido en el que dejamos que caigan por que el mundo actual funciona como funciona.
Mirando este tomo nos encontramos con una obra llena de indirectas que nos golpean a los lectores como puñetazos de un boxeador profesional en el estomago. En unos casos Mafalda u otro personaje lo hace para dejarnos sin palabra y KO, pero en la mayor parte es para que abramos los ojos a lo que sucede a nuestro alrededor y concretamente con todo ese calendario de fiestas religiosas o no que nos dotamos a lo largo del año.
Como siempre Mafalda nos hace pensar ya sea de una fora directa o mediante el contrapunto de otro personaje, sea niño o adulto. nos hace refrescar la cara con agua fría y mirar por la ventana para descubrir que muchas veces la belleza de existir fiestas es que son un día y que no debemos estar todo el año fiesta tras fiesta y sin un sentido práctico de las mismas.
Este volumen y otro que he leído no hace mucho que iba por el mismo camino me han decidido a realizar algo sobre este personaje tanto aquí en el blog con este comentario como más posiblemente en el podcast dentro de un tiempo.
En cuanto a esta obra, la verdad, estamos ante un personaje entrañable que aporta incluso en este volumen multitud de gif y viñetas con mensaje a compartir en redes sociales.
Lo bueno de este volumen es que tanto lo podéis conseguir para leer en papel como en mi caso en formato digital.
Así que, ¡no os olvidéis de Mafalda y de Quino!
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