lunes, 31 de mayo de 2021

"SUEÑOS DE OTRO MUNDO 1: FUEGO" de Mónica Feren


Gentes que gustáis de leer libros:

Hoy os escribo estas palabras con el fin habitual ya en mi de invitaros a leer esta obra, esta recopilación de relatos.

"No sé cuál será su destino, pero hay algo que si sé: los únicos entre ustedes que serán realmente felices son los que han buscado y encontrado el modo de servir." Albert Schweitzer.

Así con esas palabras puedo decir yo que Mónika Feren ha buscado y encontrado la forma de servir. Otra cosa es saber si con ello la felicidad. Lo hace mediante la literatura, escribiendo libros, contando historias. No sé por tanto cuál será su destino o el de esta obra. No sé si finalmente, como he dicho antes, será o no feliz. Lo que si sé es que entrar en este libro es enredarse en un viaje. No es un viaje cualquiera si no un libro y un viaje que nos muestra la importancia de la interacción nuestra con lo que nos rodea y con los que nos rodean. La luz, el amor, la paz; pero, por otro lado, la oscuridad, la traición, el miedo...

Es una de esas obras que nos pide velar mientras la leemos por las noches. No es lectura de luto o tristeza si no un apasionado canto de comunión.

La lectura de esta obra enciende ese fuego de la sensibilidad onírica que enlaza las diversas lecturas que la componen, "Las mentiras del Destino", "Sueños de otro mundo (da título al recopilatorio), "Cruce de Caminos", etcétera. Lo hace como si las escucharemos en el crepitar de las llamas, no como una llamada al miedo o al amor si no como una petición de renuncia al mal y lo tenebroso, a la noche temerosa.

Con relatos como "El último café", "Tommy, el que nunca duerme" o "Tras la pantalla" se nos presenta un libro con el que los lectores velan, pasan sin dormir a pesar de la fluidez con la que transcurren unos relatos que recuerdan a Poe o a Lovecraft en algunos instantes por su forma de narrar. Es una obra de espadas y palos mostrados como un diario que prende al lector y cuyas palabras son esa muchedumbre que nos acompañara durante horas.

Con esta obra Mónica Feren ha despertado en mi el recuerdo humilde, simple, olvidado, de aquello que en otro tiempo me gustaba leer y escribir. no es un libro para leer entre la gente si no en el solitario vago del tren o metro, en el último y solitario asiento que siempre hay en el autobús cuando se vuelve a casa, en el sofá una tarde de esas lluviosas. Y, sobre todo, es alegría a pesar de lo que traslada cada relato con sus palabras.

Es como el camino de la vida abierto a los ojos del mundo que no deja que nuestra esperanza sea robada.

Muy buen libro.

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