Lectores:
En el fondo de toda historia sea de misterio, de terror, de aventuras o romántica existen unos pilares que son comunes con nuestro mundo que constituyen ese elemento que llega del pasado y que actúan de centinelas del futuro pues ven más lejos o su interacción con nosotros llega más lejos que las demás cosas que nos rodean. Es con lo que juega Mikel Santiago en esta obra, por un lado con los personajes; y, por otro lado, con los lectores.
Es una obra que por momentos frente a las características de otras similares es reaccionaria y flexible tanto en su narrativa como en el carácter que se nos presenta a través de los personajes y las acciones o juicio de estos. El autor juega con la seguridad y consistencia que transmiten otras obras semejantes para despertar ese instinto inconsciente que todo tenemos en nuestro interior.
Con ahínco el autor nos hace testigos activos de aquello que él ha imaginado y nos invita a imaginar dejando en cada uno una huella que nos recuerda cosas tales como que el cuerpo es importante, pero no lo es todo.
Personalmente tengo que decir que estamos ante un texto que consume al lector con la fuerza que algunas canciones religiosas tienen y que nos hacen sentir algo aunque no tengamos una creencia religiosa concreta ni seamos afines a tal o cual religión. Si, tiene ese tono de las fervorosas canciones de iglesia. La historia, la narración de Mikel Santiago es una lucha resoluta donde el destino y la salvación se comprometen de forma inquietante y donde aparece un reproche a nuestra actuación de cara a otras personas con sus defectos y miserias. Además, su argumento nos invita a aprender a hacer una cosa que pocas veces hacemos: Vivir sin remordimientos. Por todo ello sería increíble una versión manga estilo Junji Ito de esta obra.
Se podría decir que nos invita a manifestar nuestra posición frente al mundo, que exige nuestra responsabilidad; y que propone que actuemos en cierto sentido como censuradores de lo que nos rodea pero no en el sentido que entendemos como censura si no como una actividad de declamadores de efectos y reconoce dores de acciones.
Reconozco que me ha sorprendido más la forma en que es narrada la historia que la historia en sí misma. No la he visto como algo que se diluye como he visto en otras obras y otros autores. Por eso decía que estaría bien un formato de estilo manga o incluso del estilo del cómic "A Tumba do Terror" (La Tumba del Terror) de Juan Carlos Abraldes.
Por tanto, si tenéis la oportunidad. Leed esta obra.
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