lunes, 15 de enero de 2024

"Los Crímenes de Oxford" de Guillermo Martínez

Gentes que llegáis a este blog:

Me toca hablar en este comentario de una novela de intriga, misterio y suspense. Me toca hablar de un thriller de esos que dejan a uno con esa pregunta: "¿Y qué más?".

Hace unos días una persona hablaba que agrupaba las obras en clases. ¡Cómo si la literatura pudiese enmarcarse en una clase! Como si el sentido de lo artístico de algo fuese un ser vivo y pudiésemos decir que es un pez, un pájaro, un insecto o un árbol, o como si hubiese que colocarla en un sitio en la escala social como se hace con las personas (en algunos lugares del planeta de forma muy pronunciada). Yo no hago eso. 

A mi me gustan obras con esta que atrapan y no se deberían de clasificar en A o B o C si no que tenemos que aceptar su existencia tal y como es con ese dualismo del bien y el mal, del alma y el cuerpo, de La Luz y las tinieblas que en este caso se expresa de forma literal en un ciclo matemático primordial de sucesos y elementos, también se puede mirar desde la perspectiva matemática de una potencia.

Así, seductora, como lo fue la condesa Jeanne du Barry que sedujo a todo el mundo, que logra huir a esa Inglaterra mágica que es el elenco de novelas adaptadas al cine pero que retorna a los lectores ara ser guillotinada por aquellos que se creen con derecho a ser censores de lo que está o no bien y lo que es o no correcto leer, o aquellos sobre lo que un escritor debe o no escribir.

Sus personajes navegan entre las aguas del relato como los personajes centrales del caso Dreyfus convirtiéndose en una suerte de "Madonna Rucellai" o como el diseño arquitectónico que nos sorprende en edificios como el Ayuntamiento de Hilversun o el Teatro Municipal de Utrecht.

Si, esta obra es un duelo, un combate, un juicio De Dios contra los que gustan en ser los Richelieu castigadores severos de la literatura o arte basándose eso clases o agrupando en clases, y eso que a mi me da que al famoso cardenal Richelieu o al menos al que Alejandro Dumas nos traslado debía gustarle el refinamiento del arte o de cierto tiempo de arte. Además, tiene ese sentido dual que tienen cuadros como "Desnudo bajando una escalera" de Marcel Duchamp.

Para quien le guste el crimen y misterio estamos ante una obra sensacional; y, para los lectores generales como yo es la O'Connel Street de la literatura de intriga y algo así siempre gusta de ser visto.
 

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