Lectores:
La creencia en los demonios vienes desde la antigüedad. Los griegos, en los países de regiones orientales han existido. Las religiones los incluyeron en sus textos y hasta la época actual aparecen con diversa consideración a nivel de maldad.
Hace unos días me decían que esta novela es fantasía o "urban fantasy", pero yo no lo veía para nada como lo segundo. Para mi le faltaban algunas cosas para poder llamarla de ese modo y prefiero simplemente en enmarcarla en a que se llama "fantasía actual". Mirándola desde ese enfoque me parece una obra correcta y adecuada como las de Harry Potter o las de Elliot Tomclyde.
Tal vez si se puede percibir un lejano toque, que recuerda a la obra de Dostoievski "Los Demonios" en ese sentido de mostrar la hipocresía de las fuerzas demoniacas o tal vez no tanto que aparentemente atentan contra la coexistencia de los seres que se ven y los que no se ven. Así el protagonista se convierte en una suerte de Espartaco y parece que con mejor destino que este.
Mientras leía la obra me sentí como viendo los filmes de Carl Theodor Dreyer, ese "Vampiro" de 1930 y "Ordet" de 1955. Como en el caso del director de cine , el autor, actual como un druida. Un druida, si, que mezcla el sentido actual literario con el clásico del sabio, mago y sacerdote.
Por otro lado, esta obra casi parece una droga que embota los sentidos convirtiendo las páginas del libro en droseras que nos atrapan como las aguas del Duero atrapan en si las del Águeda o el Órbigo.
Lectura muy interesante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Aquí puedes dejar lo que te parece cada uno de los comentarios.