Un lector para otros lectores:
Podríamos ponernos en una situación como la siguiente: Estamos dentro de un coche viejo, casi destartalado, parados en un lugar tranquilo. Un ambientador con forma de pino, verde, se balancea desde el espejo retrovisor esparciendo su olor, y nos encontramos solos leyendo el libro. Observando su portada primero y después sus páginas. Sentados en el asiento de acompañante o en el de pasajero de la parte de atrás.
Genial, tenemos lo leemos y creemos que tenemos claras las reglas de la historia, de los personajes que la componen, de lo que nos encontramos en sus páginas.
Error. ¿Nos equivocamos? Tal vez, y por ello este comentario de hoy y el programa en el podcast. Un comentario que en esta ocasión solo lo hago por ustedes, lectores, porque lo son todo para aquellos que nos dedicamos ha recomendar libros, además de que en en este caso nos habéis insistido con que hablemos de esta obra. Solo desearía que uno de vosotros estuviera aquí para ver que conclusión inteligente y sofisticada se ha sacado de la lectura de esta obra.
Esta obra me hizo recordar la frase de un diálogo que leí en un libro cuyo título no recuerdo pero que decía algo así como "Y el pueblo responde a Dios con el canto y la oración." No sabía por que aunque creo que podría ser por esa invitación venerable y casi eucarística a la reflexión que nos ofrece a través de su narración. Con el ritmo en que aparecen los verbos y su conjugación correcta y redonda (en las traducciones debemos aplaudir a quienes realizan estas) nos hace aprender a valorar el tiempo presente; y, también el pasado de forma eficaz y sin sentir dolor o pesar por lo que no se llega ha conseguir hacer.
En cierto sentido me recuerda el cuadro "Los Arqueólogos" de Giorgio de Chirico o mejor aún esa obra titulada "Poema de amor doliente" de José Santos Chocano. Eso es algo que personalmente me gusta que suceda con las obras, que uno viaje mentalmente a otras que no tengan mucho que vez salvo en la propia mente de cada uno de nosotros como lectores.
Tengo que decir que cuando me lo presentaron me dijeron que tenía un carácter esta obra parecido al de las obras de Agatha Christie sobre todo similar a "El gato en el palomar". Estoy totalmente en desacuerdo con esa apreciación. No sé donde han visto ese parecido. Aunque es cierto que Philip Kerr le da ese aire de tonos que me recuerda las fotos antiguas en blanco y negro que sí he visto en otro autor coetáneo de Christie llamado Sigurd Christiansen. De hecho, el sentido de culpabilidad que descubrimos en "Gris de Campaña" es cercano al que encontramos en "El sueño y la vida" o incluso el que transciende en obras artúricas del llamado ciclo bretón como "Lancelote" de De Troyes.
Espero que estas palabras que he escrito no os desanimen y os lancéis a la lectura de este libro de forma tan lúcida como apasionada. Merece la pena hacerlo.
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