Lectores:
"¿Podemos o no fiarnos de lo que se presenta ante nosotros?" Eso me preguntó refiriéndose a un libro un conocido. Entonces no supe que decirle, no había leído el libro al que él se refería. Luego olvide el tema. Si, había olvidado esa cuestión totalmente hasta que leí esta pequeña obra que se ofrecía de forma promocional.
La respuesta que alcancé fue esta que sigue en las siguientes palabras.
No podemos muchas veces fiarnos de lo que tenemos ante nuestros ojos cuando ante nosotros está la obra de un maestro de la narrativa, de un cuenta cuentos y de un hacedor de mitos. Por eso cuando me encontré con el librito de promoción “Las Cosas que se hacen por Amor” me lleve una tremenda sopresa, para bien y para mal. Me esperaba un texto de promoción, al uso, por así decirlo, pero me encontré con algo que para nada me pareció un texto al uso para la promoción de una saga o de una serie de novelas. Me decepciono un poco, sí. Me alegró por sentirlo diferente, también, sí.
La verdad es que disfruté mucho este pequeño libro promocional y me invitó a querer buscar las novelas de Juego de Tronos en todo su valor y apogeo. Que consiguiera ese efecto en mí es algo que aplaudí y que valoré para bien. Así que si os encontráis con este pequeño libro os aseguro que como me paso a mi lo disfrutaréis con gusto sentados en una toalla en la playa, la orilla de un río o sentados en el banco de un parque tal y como fue mi caso leyéndolo en La Alameda, en Santiago de Compostela, un jueves por la mañana después de acudir a un evento literario y antes de ir a un curso que estaba haciendo de leyes.
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