Cada obra sea del tamaño que sea no sólo tiene que contar una buena historia también debe transmitir algún mensaje o enseñanza al lector. Siento que en esta obra es lo que con mayor o menor fortuna dependiendo de quien lea y como se lea la historia trata de hacer Javier Sierra.
La obra nos hace recuperar aquellas preguntas ancestrales ¿qué somos? ¿a dónde nos dirigimos? ¿cuál es nuestro origen y que nos ha pasado desde aquellos tiempos hasta hoy?
Es en definitiva un viaje de meditación e iniciación que puede servir para apreciar de una forma diferente aquello que nos rodea. Y, como en todo viaje el lector no sale indemne, precisamente diría que se busca eso mismo. Con todo la obra tras su lectura he llegado a la conclusión de que a muchos lectores les puede presentar un problema pues no pueden calificarla como una novela no como una carta, por parecerles o muy corta para una cosa o muy larga para lo otro. Para mi es ambas cosas, yo la denominaría una novela epistolar, y no sería la primera que he leído, y por tanto, su extensión es lo de menos. Lo importante es el contenido.
A caballo entre la realidad y la fantasía Javier Sierra nos deja una breve obra literaria que puede gustar más o menos como lectura pero lo que si es verdadero es que el lector puede llegar a comprender la obra paso a paso mientras crece en cada uno su espíritu de Descartes. Es, por ello, que me pareció una lectura interesante, amena, sencilla y en la que se hace n exposición del ser humano y los peligros y vicisitudes que ha vivido, incluyendo pandemias. Una lectura que entretiene sin ser plenamente una novela, que nos pincha el intelecto como sucede con esas reflexiones que muchos dejan caer en diversos medios pero que nadie termina de recoger, al menos, en apariencia.
Una pena, posiblemente, sea el pensamiento que a muchos de vosotros lectores o sólo de algunos puede acudirnos al leer la obra pero ¿con respecto a que esa pena? Algunos podrían decir que la sienten con respecto a la obra; otros con respecto a la humanidad y su cultura; y, algunos con respecto a su espíritu, a lo que guarda en lo más profundo de su yo como creación en este mundo.
Yo la he leído tres veces. Necesité hacerlo dad la cantidad de datos que expone incluyendo algunos ficticios y otros sin contrastar. Hemos de pensar que es una obra de ficción y no es cuestión de buscar las marcas de las balas en la piedra de la Catedral De Santiago como pasa con respecto a otra novela que leí tiempo atrás. A mi me dejo con la sensación de un final abierto en el que puede suceder cualquier cosa.
No está mal, nada mal la idea, el germen. A titulo personal e ha gustado, pero tal vez hubiese sido mejor equilibrar la historia y los personajes con los datos dando una mayor extensión a esta corta historia.
Así que tras mis palabras, que no sé si son positivas o negativas, no lo puedo decidir. Os cedo a vosotros la invitación a que la leáis y evaluéis.
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