Amigos lectores:
En este caso sí guiaron mis pasos de lector el orden de publicación. Esta es la cuarta novela dedicada a Poirot, publicada en 1926.
Si me preguntaseis que pintor ves ante tus ojos al leer la obra yo os diría que "El Bosco". Por que por alguna razón esta la historia me transmite lo mismo que sus cuadros llenos de personajes deformes o monstruos raros. No lo digo por esos elementos que en cierto sentido se podrían percibir si somos enrevesados en el espíritu o alma de sus personajes si no que lo digo por su rica narrativa y esa colorista tensión que aparece en las descripciones o en las situaciones. Se nos habla de una sociedad efervescente pero enclavada en ciertos estereotipos y que permite mostrar como el la necedad y la maldad humana que transmite intranquilidad, inquietud en una serie de escena donde Poirot termina tomando el control para resolver maravillosamente el caso.
Por otro lado, la historia es como un baile, como una suerte de samba mezclada con Boston, que da vida a la situación que transmite cierto enredo y atracción casi sensual en el lector. En medio de todo ello, se nos hace discípulos de esa mirada fría de Poirot ante los elementos y personajes que se le presentan.
Con todo lo que os he dicho posiblemente pensaréis: No parece aburrida la historia.
Bueno, tengo que decir que a mi me aburrieron mucho los dos primeros capítulos pero que posteriormente le fui cogiendo el gusto, el ritmo, y he apreciado sus matices, sus luces y sombras, tanto en su narrativa como en la historia en si misma.
En todo caso, juzgad vosotros mismos la novela de Agatha Christie. Seguro que no os defraudara. A mi no me ha defraudado.
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