Feliz Año 2023 estimados lectores:
Había escrito un comentario complejo, arduo y petulante sobre esta novela, pero ni ella ni el inicio de año 2023 se lo merecen. Así que comenzaré desde un pequeño texto, un recuerdo o unificación de recuerdos que servirá de introducción a mis palabras sobre este libro.
"Una mañana llegamos a clase y dos de los pupitres estaban vacíos. Marcos y Susana faltaban a clase. Los dos mellizos vivían al otro lado del ayuntamiento cerca del limite que permitía que viniesen a nuestro colegio. Vivían allí con sus padres y su abuelo.
La profesora de lengua, que era nuestra tutora, entró en el aula con una caja llena de libros. En realidad eran un montón de ejemplares del mismo libro que no recuerdo más que era de la misma época que Madame Bovary, el libro que enseñaban el otro día que Mario Vargas Llosa se llevaba en su partida con sus hijos después de la ruptura con Isabel Preysler (pero eso es otro cuento). Tenía la profesora el libro dividido en secciones y nos dividió en grupos para leer cada sección del libro.
El libro presentaba personajes trágicos, atormentados, con una tremenda tensión personal a nivel psicológico.
Cuando terminamos de leer la profesora nos preguntó: '¿Cuántos leeríais el libro entero?' Por su puesto yo levante la mano pues si comienzo la lectura de un libro desde algún punto tengo que leerlo entero.
'Muy bien', dijo la profesora, 'ya veo que levantan la mano los de siempre Maria Jesús, Eusebio y Miguel, ¿por qué los otros no lo leeríais?'
En cuanto terminó de hablar se armó un caluroso debate sobre que los personajes que presentaba parecía que estaban todos locos y que no eran realistas. Dando a entender que por eso no lo leerían.
Entonces la profesora comenzó con una pregunta la explicación, la pregunta era '¿Estáis locos o sois cuerdos? ¿qué es la locura o la cordura?' Y desde ese punto inicio la explicación que inicio con el libro que teníamos y sus personajes para finalmente enlazar con la razón por la que nuestros compañeros no estaban en el aula.
El abuelo padecía desde hace muchísimos años de esquizofrenia y ahora le habían diagnosticado de Alzheimer. El miedo a causar muchos problemas a la familia había hecho mella en él y desembocado en un suicidio. Nuestro compañeros habían encontrado su cuerpo cuando iban a venir a clase. Estaban en shock. Ahora estaban con psicólogos que los atendían por el impacto. Toda la lectura del libro, la explicación hablando de que TODOS teníamos algún tipo de locura era para decirnos que debíamos de tratar con cariño y respeto a nuestros compañeros cuando volviesen y que no éramos diferentes de ellos ni ellos diferentes de nosotros, que como los personajes de la novela todos teníamos nuestras tragedias interiores y nuestras enfermedades mentales aunque desconociéramos que las teníamos."
Aquel momento en las aulas vino a mi memoria al leer este libro de Sandra Moya donde de forma abierta se trata el tema de las enfermedades mentales. Algo que hace mediante una forma de narrar que me ha recordado "El pequeño Luis" de Eugène Dabit pero con, por así decirlo, una huella dactilar distinta y personal que convierte a la protagonista, Aurora, en una Dafne mitológica que lograr enamorar al lector que cegado y extraviado por el ruido del mundo cae en la lectura de esta obra.
Más, ¿fue eso lo que en un inicio me llamó la atención de la novela? No, no lo fue. Fue la portada, pues las portadas también pueden invitar a que se lea y se busque una obra aun cuando no es la temática que uno está leyendo de forma habitual. Y, yo no estaba leyendo este tipo de literatura si no que estaba con novelas de crimen y misterio o obras de fantasía y ciencia ficción. Incluso si lo pienso un poco alguna de terror estaba leyendo cuando vi la portada por primera vez. Capturo mi mirada, y como ilustrador me atrapo definitivamente. Por que, lo siento, las portadas bien hechas son importantes para atraer a los lectores. No importa que sean una ilustración o una fotografía pero que sea una portada personal, única para la obra y que no vaya a ser usada para otros libros después o lo haya sido antes.
Decía Juan Pardo en una canción:
"(...tropecé por tu mirada,
en un lunes de mañana,
y al final de la semana, (...)"
De una forma parecida a la que dice la letra de esa canción cuando el libro toco mis manos me adentré en él y en su historia. No lo hice de forma inconsciente, despistada y como si fuese mirando desde lejos las estrellas en el cielo una noche clara y estas me embelesasen. No, fui consciente de lo que iba a leer y por consiguiente de lo que podría encontrar en el libro. Lo mismo que cuando leí precisamente la obra que Llosa llevaba en la mano, "Madame Bovary". Es por ello que no sólo la he podido disfrutar profundamente como lector si no que he podido comprender el mensaje que se quiere transmitir con la historia aún a pesar de que cada lector pueda ver un mensaje completamente distinto al que la autora Sandra Moya haya querido transmitir.
¿Podemos definirla como novela romántica? Veamos, desde una perspectiva popular podemos hacerlo, pero no en el sentido de esas novelas llenas de sensualidades y sexualidades que muchos hoy quieren vender como novela romántica si no como la novela romántica clásica como en "La Ilustre Casa de Ramires" de Eca de Queiroz o "La Dama de las Camelias" de Alejandro Dumas u otros autores que se podrían decir románticos como James Joyce o Walter Scott.
Si, como otras obras de similar temática esta novela tiene una coreografía donde vemos un baile entre los personajes de Pedro y Aurora donde quien lleva el baile es la protagonista y ambos se nos muestran en una deliciosa prosa que nos habla de sus descubrimientos e inquietudes pero también de una forma podría decirse que similar a lo que hacían los dadaístas respecto a la burguesía pues ataca esa cultura popular y común de las gentes de esconder y ocultar una realidad: los problemas mentales y la normalidad de la existencia de estos entre nosotros. En ese sentido me recordó una historia del número uno de Planeta Manga titulada "Soulmate" de Lorena Calderón.
Me ha gustado, embriagado, ha logrado despertar recuerdos del pasado y crear nuevos recuerdos en el presente. Podría decir que aunque ha sido el último libro con el que terminé el año 2022 y el primero con el que inicié este nuevo año 2023 y por ello vale por las lecturas de todo un año sea de fin o de principio. Es mágico, no con la magia de la fantasía tipo "El Hobbit" o "Cuentos de Terramar", no como "Memorias de Idhún" o como "La Cazadora de Profecías", pero si esa magia propia de los sueños y la esperanza en lo que nos rodea en nuestro día a día y nuestra realidad.
Dice la tapa del libro que es de la Colección Milamores y de mil amores os lo recomiendo yo a todos vosotros en este inicio de año 2023.
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