jueves, 26 de enero de 2023

"La Fiesta de las Linternas" de Vittorio G. Rossi


 Amigos Lectores:

Para mi existen libros que enlazan con vivencias, con recuerdos, de aquello que uno ha vivido o que uno vive. Este ha sido uno de ellos.

Llegué al libro y por azar en esas bibliotecas públicas pequeñas que son las localizaciones de bookcrossing, concretamente en uno de los puestos de Arzúa situado en en parque infantil no muy lejos del Recinto Ferial "Terra do Queixo". Lo encontré un día entre viento y lluvia. Y, tengo que reconocer que, ese día fue para mi de escándalo e indignación al ver la puerta de la caseta azul donde estaban los libros rota. Me sentí entristecido y tanto un servidor como los amigos del Club Inklings Español sálvanos algunos de esos libros de mojarse. Entre los que yo salve estaba esta maravilla.

Entonces, como lo tenía ne casa, ya con el cielo casi negro y la lluvia golpeando los cristales decidí leerlo. Tal vez no lo hubiese leído  nunca si no hubiesen coincidido esas circunstancias, ¡grave error si dejase escapar la oportunidad y no cobrase esta pieza! (hablando en términos de caza) Pero  el temporal me dejó sin luz y con La Luz de las velas en la habitación y, con una manta encima, incienso su lectura.

Al leerlo recordé costumbres de diversos lugares del planeta semejantes, recordé el globo de Betanzos y la fiesta de los globos que hacíamos en el Colegio "Virxe da Cela"  en O Xestal (Montero). Su narrativa me ayudó a mirar hacia ese pasado tanto como a fechas más cercanas ya en Arzúa donde un compañero de aulas en el instituto organiza una  "Fiesta de Farolillos" (bueno o tal vez farolillos o linternas). 

Fue entonces que descubrí lo positivo de una lectura sosegada de este libro, de su disfrute más allá del contenido y de saber reconocer ese buen regusto del turrón blando de huevo, dulce, efímero y etéreo que hace que una narración que podría pasar por algo fácilmente olvidaste se convierta en inolvidable. Es, por esa razón, tan sencilla como mágica, que os invito a leer este libro. Verdaderamente me alegro de haberlo salvado de las aguas del temporal que llegaba cuál diluvio universas en aquella caseta de puerta rota.

Espero ver como muchos otros la leéis, la disfrutáis, la comentáis y la recordáis. Vale la pena.

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