Como en el anterior comentario decía estamos en el Día del Libro. Un día perfecto para recomendar, leer o recibir libros. Es también el día previo a mi cumpleaños, todo hay que decirlo y tal vez hasta me llegue algún libro para compartir con vosotros en un futuro próximo.
Más no tengo que mirar al futuro y lo que esté por llegar. Centrémonos en lo que tengo ahora ante mí. Un gran libro de Lucía González Lavado, y del que tenía pendiente subir este comentario que ahora comparto con todos vosotros en los siguientes párrafos.
La narrativa de un escritor, su estilo personal, los juegos de palabras, la capacidad particular de llegar a un lector es algo tan personal e invariable que en ocasiones si ese autor o autora no se renueva puede resultar nefasto. No es el caso de Lucía González Lavado y esta obra, pues aunque mantiene su estilo y la esencia de su forma de narrar no hace caer al lector en un sentimiento de desolación si no que usa esos signos que son las palabras para como hacía Álvaro Cunqueiro o Fran Kafka para dar forma a una historia sin abandonar su estilo personal.
El libro usa de la fantasía, del terror, del misterio para que nos miremos a nosotros mismo, a nuestro pasado y a nuestro interior. Se podría decir que es de esas obras latentes en un sentimiento de prosa exiliada en una fantasía que funciona como el gran teatro de un mundo.
Tal vez para entender esta obra tendríamos que comentarla desde ese estilo de comentario propio de las obras mitológicas nórdicas, latinas o griegas, egipcias o celtas. no digo que no fuese lo adecuado, pero no es una obra del pasado si no una novela de fantasía actual y mejor no cerrarse a elementos que no se van a encontrar aquí o que están en un segundo plano.
Con obras como esta lo mejor es dejarse llevar, pero está claro que para comprenderlas hay que mirar atrás a las obras predecesoras de esta serie o saga de "Maldición". Si no se leen gran parte de lo que debe transmitir esta novela al lector se pierde, por tanto hay que leerlas. Si hacemos eso podemos descubrir esa poesía ese ritmo que late como un corazón a lo largo de su lectura buscando armonizarnos con la historia y haciéndonos conscientes de que mientras leemos nos puede sorprender con algo inesperado que puede ser tanto oscuro como maravilloso.
Está claro que cada libro es un mundo y si los dos primeros libros de esta serie nos abocaban a escenas donde muchos autores se podían identificar comparativamente como por ejemplo Carolina Lozano o Laura Gallego; en este último al autora nos responde como un samurai que con su espada se abre paso para decir: "Mirad mi obra sin pensar en otros autores o autoras. Yo soy yo. Mi obra es mi obra".
Si, amigos, todo ello se puede resumir en que se nos presenta una obra digna del estilo de algunas obras de Goya por lo que despierta en el lector cuando viaja a través de sus palabras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Aquí puedes dejar lo que te parece cada uno de los comentarios.