Amigos lectores:
Largos años han pasado desde que por primera vez leí "Las Crónicas de Narnia". Fue en el colegio después de leer un pequeño fragmento de la saga en un libro de texto que había en la biblioteca del colegio. El primer libro fue "El Sobrino del Mago" (creo que la saga cinematográfica debió de empezar con esta obra y no con "El león, la bruja y el armario", pero a lo mejor lo dejan para una precuela) y no con el que hoy en día muchos lectores inician erróneamente su lectura por causa del cine "El león, la bruja y el armario". De aquella primera lectura sólo recuerdo que la hice junto a la de "La Historia Interminable" de Ende oculto tras las colchonetas del gimnasio del colegio sentado junto a una amiga que también solía ir allí para leer y otros días en la mas escondido de la biblioteca. Luego Narnia por varios motivos se alejó y cayo en el olvido hasta que leí a Tolkien.
Así retomé esta saga. Siete libros, siete historias y unos niños en un mundo de fantasía fue lo que me volví a encontrar años después y lo que vosotros os encontraréis. Más aunque esos niños son los mismos niños u otros, Narnia siempre es la misma. Siempre está llena de magia, de aventuras y peligros, con luces y sombras, con héroes y villanos.
Por otro lado, es de esas primeras obras que ofrecen a los jóvenes lectores una dura lección de vida, aunque para ello hemos de llegar al último de los libros. Pero esa lección no la va ofreciendo poco a poco, libro a libro, con el paso del tiempo haciendo que ese lector acomodado, tranquilo y ajeno a buscar aventuras como un hobbit se vaya encontrando con que va perdiendo como Bilbo Baggins (Bolsón) el pañuelo, la pipa, las ropas que se desgastan, rompen y desgarran, y gana cansancio por viajar bajo la lluvia para descubrir finalmente la Muerte de los seres apreciados, como le pasa a Bilbo con Thorin.
El autor lo hace con un estilo narrativo ligero que recuerda los cuentos infantiles pero que usa C.S. Lewis de una forma sagaz para, no embocarnos si no liberarnos de los prejuicios del ser adulto y ver el mundo con esa mirada limpia y libre de los más pequeños.
Es ciertamente una saga magistralmente escrita pero que hace contrapunto con el estilo de su compañero de The Inklings, J.R.R. Tolkien. Si bien el último es más épico, C. S. Lewis es mas cercano, más como las historias de duendes que se cuentan junto al fuego en la casa para que os niños duerman felices o a La Luz de las velas cuando se quiere hacer dormir a ese infante que está en la cama.
No puede decir más que es una saga maravillosa que os invito a leer, os sugiero leer, os trato de vender con estas palabras que leáis antes de que la Oscuridad de la Bruja diga que es ofensiva para ella la obra o su autor por cualquier razón fuera de contexto con con el contexto tergiversado. Leer es cultura siempre. Leer esta obra os aportará también cultura en diversos sentidos y campos de la vida. Así que ¡leedla!
Así retomé esta saga. Siete libros, siete historias y unos niños en un mundo de fantasía fue lo que me volví a encontrar años después y lo que vosotros os encontraréis. Más aunque esos niños son los mismos niños u otros, Narnia siempre es la misma. Siempre está llena de magia, de aventuras y peligros, con luces y sombras, con héroes y villanos.
Por otro lado, es de esas primeras obras que ofrecen a los jóvenes lectores una dura lección de vida, aunque para ello hemos de llegar al último de los libros. Pero esa lección no la va ofreciendo poco a poco, libro a libro, con el paso del tiempo haciendo que ese lector acomodado, tranquilo y ajeno a buscar aventuras como un hobbit se vaya encontrando con que va perdiendo como Bilbo Baggins (Bolsón) el pañuelo, la pipa, las ropas que se desgastan, rompen y desgarran, y gana cansancio por viajar bajo la lluvia para descubrir finalmente la Muerte de los seres apreciados, como le pasa a Bilbo con Thorin.
El autor lo hace con un estilo narrativo ligero que recuerda los cuentos infantiles pero que usa C.S. Lewis de una forma sagaz para, no embocarnos si no liberarnos de los prejuicios del ser adulto y ver el mundo con esa mirada limpia y libre de los más pequeños.
Es ciertamente una saga magistralmente escrita pero que hace contrapunto con el estilo de su compañero de The Inklings, J.R.R. Tolkien. Si bien el último es más épico, C. S. Lewis es mas cercano, más como las historias de duendes que se cuentan junto al fuego en la casa para que os niños duerman felices o a La Luz de las velas cuando se quiere hacer dormir a ese infante que está en la cama.
No puede decir más que es una saga maravillosa que os invito a leer, os sugiero leer, os trato de vender con estas palabras que leáis antes de que la Oscuridad de la Bruja diga que es ofensiva para ella la obra o su autor por cualquier razón fuera de contexto con con el contexto tergiversado. Leer es cultura siempre. Leer esta obra os aportará también cultura en diversos sentidos y campos de la vida. Así que ¡leedla!
Viendo comentarios como este te sugiero que leas "Somos astronautas", creo que la autora es Clara Soaces o Soares. Este genial!!
ResponderEliminar