Amigos Lectores:
Hace unos meses, no quizá un año de años, me invitaron a leer con algunos compañeros del club de lectura algunos cómics con motivo de "Viñetas desde O Atlántico". Y, bueno, muchos leemos cómics no es nada nocivo para ser una persona de bien o para desempeñar de forma efectiva un trabajo o cualquier trabajo que sea.
Cuando este cómic de Alberto Vázquez llegó a is manos me interesé en el y quise estudiar el estilo y guión que un lector detecta en la obra a primera vista pero que algunas veces no coinciden con lo que el autor creó. En este caso mi consejo para no errar es guiarse por la sinopsis de la obra donde ese nos explica de que va la obra. algo intuía, pero preferí leer la obra y estudiar las páginas, para afianzar lo que ahora diré.
Inicialmente por su estéticamente cómic me ha parecido oscuro, me recordó algunos de Drácula o de Frankenstein que vi hace muchos años atrás. No es un cómic Disney pero si un cómic de autor donde se percibe una base de entrega y sacrificio. Más; ¿qué otra cosa transmite la obra? diría que es la búsqueda del ser humano que puede ser de una presa o de su propia redención ante una parte de la actividad humana como especie y mostrando algo que podemos sentir lejos del amor hacia lo que nos rodea, pero también como una perspectiva visual que hace una retrospectiva a esos orígenes iniciales de una actividad. Me gusta como el autor juega con las luces y sombras recordándonos las pinturas rupestres en muchos momentos con la sombra de las piedras y paredes sobre ellas, encuentra así su propio camino a nivel de narración visual y eso me agrada mucho. A pesa de su estética como pasa con las antiguas pinturas transmite fuerza e incluso pasión, aunque no sabría discernir si es una pasión por esa actividad o una pasión crítica a esa actividad. No es una fuerza cualquiera si no una fuerza transformadora mediante un aumente de la presión social ante cierto tipo de conductas y hechos, pero dando una explicación desde nuestro pasado a la existencia de esas conductas y acciones. yo diría que la obra dilata un pensamiento e idea como si este fuese un gas, o como si fuese un episodio de Doctor Who donde hay ciertos elementos que ya podríamos saltarnos. Ahora bien, con esa dilatación puede pasar en algunos casos que el mensaje de esta obra se pierda por que como el los globos el gas y el cuando este globo llega a un punto de tensión ta que cualquier acción externa o interna puede hacer que estalle con lo que todo su mensaje se pierde en el conjunto de la atmósfera, en este caso la propia atmósfera de la obra.
No, no es una mala obra. No es un mal cómic, pero claramente a mi ver no es un cómic para niños, salvo que lo lean con sus padres y estos también tengan claro como explicar aquello que se ve.
Alberto Vázquez ha hecho una apuesta con esta historia, con su estética y con su fluidez narrativa. nos regala una historia comprensible, un trabajo encomiable; pero, que parece tener un mensaje que después de cierto tiempo tras su lectura se olvida entre las sombras, se diluye en el aire como el Helio de un globo cuando este estalla al llegar a cierta altura.
Personalmente, creo que es un cómic que debemos releer cada cierto tiempo para no olvidar su mensaje y tenerlo fresco, pero también para no olvidar que hay actividades que nacen en las raíces de nuestro pasado evolutivo y que no son simplemente algo a hacer desaparecer.
Me ha gustado mucho.
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