"El Triángulo del Silencio" de Diego Ruiz

 

Lectores:

Hay lugares, hay obras, hay momentos en donde hasta el silencio puede cobrar forma. Sitios más o menos sagrados, libros, tramos de caminos que cuando se está en completa soledad nos hacen percibir esa leve vibración como un tatuaje que se va desgastando en la piel.

La obra nos trae una historia y, en ella, unos hechos. El misterio se nos presenta ya desde el comienzo siguiendo al menos claramente dos líneas argumentases que se complementan en una trama, en una historia, a la que he visto dos caras.

Una primera cara etérea, fugaz y fugitiva donde el narrador actúa casi como un eco de un cuenta cuentos o de un narrador de historias.

Luego descubrí una segunda cara que trata de abrirse paso a través de las palabras como aventurero valiente con traje de papel y una espada que cruza la calle de principio a fin bajo la lluvia evitando las gotas de agua con su espada para no mojar sus ropas de papel.

Una obra que logra, por tanto, encerrarnos en lo alto de una torre sin que nos demos cuenta al leerla.