El arte de las palabras puede realizarse a una o dos manos. Incluso a más de dos manos. Sea como sea debe de realizase bien. Por eso cuando vi el título pensé en la serie "Castle" y esa escena donde habla el protagonista del vecino del quinto.
Algunas veces, como podemos ver en las obras de Cervantes, en lo común puede estar lo extraordinario. Eso es algo que podemos ver en sus "Novelas ejemplares" o en sus comedias y entremeses, hasta podemos encontrarlo en "El Quijote". Así algo tan sencillo como una puerta en un edificio puede llevarnos como en "El Ministerio del Tiempo" a otros tiempos pasados o a lugares de fantasía y magia que el ojo humano no ha visto, y de los que no hemos escuchado hablar antes como sucede con Bastian Baltasar Bux en "La Historia Interminable" al entrar en la librería o a los personajes de "Myst" o de "El Libro de los Portales".
Algo tan modesto como la puerta de una habitación o un armario nos puede llevar a sitios como Narnia e iniciarnos en un camino que como decían los versos de Bilbo Bolsón: "El Camino sigue y sigue..." El camino de la fantasía no hace ciudadanos de lugares increíbles, de vivir vidas que no podríamos soñar, y de tener revelaciones sobre aquello que nos rodea de forma particular y especial.
Eso es todo, y mucho más, lo que hay en esta obra de Maria Parra e Irma Pérez. Nos ofrecen una historia nacida para ser como una madre que no da a luz pero que proyecta su nacimiento luminoso trazando una historia capaz de salvar la capacidad de soñar de los lectores que siempre aguardamos algo nuevo que puede ser modesto o excepcional dependiendo del momento en que llegue a nosotros.
En el fondo podemos ver que esta obra también nos habla de porqué cerramos las puertas cada día o cada noche, las físicas y las que residen en nuestra mente dejando pasar así de largo algunas oportunidades de hacer sentir y de vivir.
Sigamos esta historia que se nos ofrece, alcemos la cabeza, miremos y permitamos soñar con cruzar una puerta y llegar a un lugar donde podemos conocernos tal y como somos realmente.
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