Si el Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle fue el comienzo de obras de misterio. Nancy Springer no permite que ese personaje caiga en el olvido,. Lo hace seduciéndonos con le personaje de Enola Holmes, hermana de Sherlock Holmes, cubriendo así el vacío de otros personajes apellidados Holmes que no aparecían desde las propias obras de Doyle, y poco más.
De hecho, como en el caso de Sherlock, Enola es un personaje que se proyecta hacia el infinito y navega sobre la eternidad de la literatura.
Presenta la autora un personaje que incrementa la capacidad de la novela para llegar a los lectores, reduce la posibilidad de equívocos y añade características nuevas a las características de otros personajes similares.
Su apariencia, sin embargo, sigue siendo la de las clásicas novelas inglesas de misterio, eso es algo que al lector puede gustar pues le hace recordar otras lecturas.
El problema de una obra como esta, en el universo literario actual, está en lograr que pueda ser recordada por los lectores por lo que es la obra en sí misma, no como una secuela, y de esta forma no ser enterrada en el oscuro cajón del olvido o en las estantería de los libros perdidos que existe en toda biblioteca. Creo que esta obra no se merecería eso, creo que es una joya de la literatura juvenil de misterio que puede llegar a pasar desapercibida pero que es capaz de enamorar al lector, que es capaz de atraerlo a la historia que narran sus palabras haciendo que no sea olvidada.
En definitiva, ¡vale la pena leerla!
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