Este relato es como las sombras que caen en la noche oscuras alrededor de nuestras casas. Se alza hermoso y fuerte como una rosa negra de otoño al lado de un pozo. En su fantasía aún prende en nuestra mente poblándola de una explosión de imagenes y sonidos.
Lo que escribes nos persigue como un cazador a través de las matas espesas, por los caminos intemporales de la fantasía. Cuando lo leemos nos atrapa y nos olvidamos del grupo del tiempo hasta que resuena el reloj del Ayuntamiento. Pienso que tu texto es, pues, un extraño cazador que pervive con el deseo de voces para sus voces y de ideas para sus ideas.
Su viento corta nuestros orgullosos humos entre hojas y ramas descomponiéndolos. Así, como un hombre, un narrador que se acerca por el sendero de nuestra vida. Se apresura a deshinchar nuestras ideas confusas. Esperando así, con los ojos bajos de un fantasma, y un rostro deseoso, el comentario que cada lector deje como señal rojiza de que en algún momento lo ha leído o lo está leyendo.
Me gusta tu texto porque su sombra cerca del pozo solitario de la fantasía nos ofrece el Vaso de la Bienvenida con la boca sonriente de la Dama del Bosque, la gran Diana, y por ello el texto es para mi como un alegre cazador.
Lo que escribes nos persigue como un cazador a través de las matas espesas, por los caminos intemporales de la fantasía. Cuando lo leemos nos atrapa y nos olvidamos del grupo del tiempo hasta que resuena el reloj del Ayuntamiento. Pienso que tu texto es, pues, un extraño cazador que pervive con el deseo de voces para sus voces y de ideas para sus ideas.
Su viento corta nuestros orgullosos humos entre hojas y ramas descomponiéndolos. Así, como un hombre, un narrador que se acerca por el sendero de nuestra vida. Se apresura a deshinchar nuestras ideas confusas. Esperando así, con los ojos bajos de un fantasma, y un rostro deseoso, el comentario que cada lector deje como señal rojiza de que en algún momento lo ha leído o lo está leyendo.
Me gusta tu texto porque su sombra cerca del pozo solitario de la fantasía nos ofrece el Vaso de la Bienvenida con la boca sonriente de la Dama del Bosque, la gran Diana, y por ello el texto es para mi como un alegre cazador.
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