Se dice por norma que la lectura de obras clásicas como esta es la base constitutiva que fijará la cultura literaria no sólo de un lector particular si no también de un pueblo. Estudiar la obra en la misma narrativa de la época en que fue escrita, tratar de entenderla no sólo en su conjunto también palabra a palabra, mantiene vivas en el lenguaje palabras que pudieran ser olvidadas o cambiadas por otras más modernas.
Su lectura nos hace acreedores y deudores de un bien concreto, de un conocimiento particular sobre un autor, sobre como escribía, y sobre una época que muchas veces no sois capaces de expresar en palabras y menos en un examen pues para entenderla se usan fuentes ajenas a ella. Precisamente, lo que no es está obra cervantina.
No obstante lo anterior, tengo que decir que en una obra que me sorprendió la primera vez que la leí. Siempre hablando de forma preferencial y casi reverencias de Lope de Vega y otros mientras ante nosotros se presenta un Cervantes que pugna por darse a ver dentro del teatro y la literatura de una época y lejos de su obra "El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha". Nos da otra visión de la época distinta en cierto sentido de la que otros autores de la misma época nos ofrecen unas veces con humor, otras con ironía y muchas más con un realismo casi letal.
Creo que esta obra es necesario leerla, también otras de su época, y saborearla en su castellano o español original, en ese español de la época cervantina. Es necesario leer en ese español para muchos ya antiguo para no jubilar palabras que existen y han existido en español y que se podrían usar hoy día en lugar de los anglicismos a los que se da preferencia y son adoptados al español. Es necesario esta justa lectura de una obra que habla de un tiempo, de una cultura y de un modo de vida que ya no está entre nosotros salvo en algunas películas y series ambientadas con mayor o menor fortuna en esa época, pero también nos habla de esas palabras y voces perdidas de aquellos tiempos.
Os invito a leer esta obra y otras obras y a obligar a que las palabras usadas entonces retornen y que muchas veces por motivos equivocados son eliminadas de nuestro día a día y por ello de nuestros diccionarios. Pues, sabed, eliminando las palabras que compusieron obras maravillosas como esta de Cervantes se terminará eliminando las obras, o cambiándolas, o adaptándolas a una perspectiva basada en el modelo actual y no en el que entonces existía y, por ende, si eliminamos todo ello, si eliminamos nuestro pasado, aunque sea a través de una palabra, eliminamos nuestra cultura social, historia y literaria como tal.
Así que leed, leed esta obra, no seáis insensatos, bocean en sus palabras, comprendedla y comprendedlas, y si no lo podéis conseguir, buscad esos significados huidizos, esos giros lingüísticos y juegos de palabras. Seguro que disfrutaréis de su lectura entonces no sólo en el plano literario meramente, también en el cultural, es al menos lo que me sucedió a mi en cada ocasión en que la he leído, incluso en esta mi última lectura de esta obra.
Su lectura nos hace acreedores y deudores de un bien concreto, de un conocimiento particular sobre un autor, sobre como escribía, y sobre una época que muchas veces no sois capaces de expresar en palabras y menos en un examen pues para entenderla se usan fuentes ajenas a ella. Precisamente, lo que no es está obra cervantina.
No obstante lo anterior, tengo que decir que en una obra que me sorprendió la primera vez que la leí. Siempre hablando de forma preferencial y casi reverencias de Lope de Vega y otros mientras ante nosotros se presenta un Cervantes que pugna por darse a ver dentro del teatro y la literatura de una época y lejos de su obra "El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha". Nos da otra visión de la época distinta en cierto sentido de la que otros autores de la misma época nos ofrecen unas veces con humor, otras con ironía y muchas más con un realismo casi letal.
Creo que esta obra es necesario leerla, también otras de su época, y saborearla en su castellano o español original, en ese español de la época cervantina. Es necesario leer en ese español para muchos ya antiguo para no jubilar palabras que existen y han existido en español y que se podrían usar hoy día en lugar de los anglicismos a los que se da preferencia y son adoptados al español. Es necesario esta justa lectura de una obra que habla de un tiempo, de una cultura y de un modo de vida que ya no está entre nosotros salvo en algunas películas y series ambientadas con mayor o menor fortuna en esa época, pero también nos habla de esas palabras y voces perdidas de aquellos tiempos.
Os invito a leer esta obra y otras obras y a obligar a que las palabras usadas entonces retornen y que muchas veces por motivos equivocados son eliminadas de nuestro día a día y por ello de nuestros diccionarios. Pues, sabed, eliminando las palabras que compusieron obras maravillosas como esta de Cervantes se terminará eliminando las obras, o cambiándolas, o adaptándolas a una perspectiva basada en el modelo actual y no en el que entonces existía y, por ende, si eliminamos todo ello, si eliminamos nuestro pasado, aunque sea a través de una palabra, eliminamos nuestra cultura social, historia y literaria como tal.
Así que leed, leed esta obra, no seáis insensatos, bocean en sus palabras, comprendedla y comprendedlas, y si no lo podéis conseguir, buscad esos significados huidizos, esos giros lingüísticos y juegos de palabras. Seguro que disfrutaréis de su lectura entonces no sólo en el plano literario meramente, también en el cultural, es al menos lo que me sucedió a mi en cada ocasión en que la he leído, incluso en esta mi última lectura de esta obra.
Si quizá estás palabras no os sirvan par decidiros a leer la obra podéis escuchar el programa del Podcast Annavalaina sobre esta obra en el siguiente enlace: https://www.ivoox.com/3197518. Es posible que tal vez ese programa si os ayude a animaros a su lectura.
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