A todos los que seguís desde hace tiempo este blog de comentarios de libros, relatos y cómics; pero también a los que llegáis a este espacio por primera vez:
Espero que estas palabras sirvan para abrir la puerta a las páginas de esta obra, la que me hizo pasar unos momentos inolvidables mientras llevaba a cabo su lectura pues entre otras cosas me hizo volver a las ocasiones que he estado yo mismo en el Museo del Prado. Para aquellos a los que les gusta la música clásica o la ópera decir que para mi ha sido como estar en un concierto improvisado de esa índole.
Voy a ser sincero. Cuando cogí por primera vez el libro pensé que sería algo parecido a "El Código Da Vinci" de Dan Brown o a "El Ángel Perdido" del propio Javier Sierra. Me equivocaba. Lo reconozco y lo digo. Sí, se puede comparar con esas obras y otras pero no es algo necesario pues su camino es diferente.
Me recordó este libro lo que un profesor de música que tenía en el instituto comentó una vez sobre Mozart y su "música masónica". Es un libro que marca un camino de iniciación a algo a través del arte y en concreto de la pintura.
Es aprendizaje. Lo hace transformándose el autor por un lado en maestro y por otro en aprendiz. Me recuerda esas palabras del "Lao Zi":
"Lo que otros me han enseñado,
se lo enseño yo a los demás."
Eso es lo que veo yo en esta obra por parte de Javier Sierra.
La literatura, la narrativa y su lenguaje es una forma de enseñar y de aprender, pero también lo es la pintura, el arte. Por esa misma razón, los cuadros que aparecen en este libro tienen una relevancia especial a la hora de integrar la perspectiva pictórica y artística en la narración literaria. Es un aprendizaje ilustrado hacia una camino que cada uno ha de encontrar en el final del libro, mediante no sólo el propio fin de la novela si no las propias conclusiones que como lector uno saca de su lectura y de ver esos cuadros que van apareciendo.
Por mi parte esta obra ha conseguido una cosa y es que cuando vuelva a pisar el Museo del Prado observe los cuadros y como están organizados de una forma distinta, diferente. Que no miré los cuadros como arte si no también como una narración de hechos o personas que ella artista retrata para que ser visto en el futuro.
A mi ver esta es una obra magnifica para disfrutar no sólo de la literatura si no también del arte pictórico. Si yo viviese en Madrid una cosa es cierta y es que leería ciertos pasajes ella en el interior del propio museo del Prado pues merecen ser leídos en ese ambiente.
Si deseáis podéis escuchar el programa del Podcast Annavalaina sobre esta obra en el siguiente enlace: http://www.ivoox.com/10905231.
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