Lectores:
Retornamos al cómic una vez más. No será la última vez.
He de comenzar diciendo que esta obra tiene un nombre que recuerda a un fruto seco, per que a su vez es el recuerdo de algo que gusta y que crea cierta adicción. Hay que reconocer el trabajo hecho que ha llevado a su autor a ganar con esta obra un concurso, estoy seguro de que pronto se levantará la casa de su trabajo.
Fue en una exposición en Arzúa dónde me aproximé a esta obra. Asistí a la ofrenda que el autor nos hace, y al desarrollo de la historia, ante la perspectiva de ver como se desarrollaba este viaje de iniciación.
En su interior, una ve desempaquetada toda la trama cela historia, vemos que hasta las opiniones y las palabras parecidas a blasfemias tienen su razón de ser. Sin embargo, el estilo del dibujo me recordó a un estilo que ya no está de moda y que se fue hace tiempo… Pero, ¿por qué no ha de retornar?
Si. Aún hablo de Cacauequi, de su estilo sencillo, casi "infantil" y de líneas puramente gallegas, y veo la razón para haber ganado el Premio Castelao de Banda Deseñada 2007.
Cacauequi está como un descubrimiento fortuito al que se le ha dado el visto bueno pero permanece oculto. no se resigna a no ser, si no que construye un mundo fantástico, unas veces propio y otras original, y desarrolla una narración singular de esperanza y esfuerzo. Es una obra con carácter propio, como un poder profano. Sigue ahí, y con una mirada aparentemente ingenua, nos muestra la veras, solo por ser la Verdad.
Cacauequi es el trabajo de Jacobo Fernández. Un trabajo siguiendo líneas propias pero también líneas que recuerdan a Castelao, con personajes marmóreos para que la obra tenga su justa medida.
Es una obra que nos devuelve la leyenda, y todo lo demás.
Nos hace pensar en los amigos que fueron, los amigos que están. Amigos aún, a pesar del mundo, y por siempre, aunque sólo permanezcan en nuestro recuerdo.
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