Cuando se lee esta obra nos lleva a suponer que la idea de mezclar la historia de Europa con la magia de fantasía podría hacer que los lectores de fantasía sintieran necesidad de aproximarse a la historia real de Europa.
Por una parte, esa concepción de la realidad fantástica ha cobrado interés entre los lectores en los últimos tiempos; pero creo que todo autor ha de tener cuidado con sus creaciones. Para darle fantasía no veo pues, ninguna necesidad de añadir seres míticos. Sin embargo, es verdad que me gusta la forma de exponer la historia que me recuerda en su forma y estilo "Eragon" pero localizando la historia en un momento real de la historia europea y mundial.
Ciertamente, los elogios a esta obra son muy previsibles, pues en general corresponden a una perspectiva netamente fantástica. En ese sentido valoro lo ajeno a lo real, lo imaginado, como cualquier amante de lo fantástico.
Sin embargo, considero que el contacto entre la realidad y la fantasía en esta obra es como un choque extraño, como algo no evocado con naturalidad sobre todo por los conocimientos que se tienen de esa época.
En general, me gusta la relación realidad-fantasía si elimino los clichés más o menos convencionales de este género, y, consecuentemente, reconozco su capacidad para predisponer a los jóvenes para encaminar sus lecturas hacia la novela histórica, en sí, o hacia la literatura fantástica.
La verdad, dicha obra representa la manifestación de un visión fantástica o de semi- fantasía de hechos reales con su propia identidad y contraste a un nivel capaz de evocar de una forma distinta la historia Europea.
Por una parte, esa concepción de la realidad fantástica ha cobrado interés entre los lectores en los últimos tiempos; pero creo que todo autor ha de tener cuidado con sus creaciones. Para darle fantasía no veo pues, ninguna necesidad de añadir seres míticos. Sin embargo, es verdad que me gusta la forma de exponer la historia que me recuerda en su forma y estilo "Eragon" pero localizando la historia en un momento real de la historia europea y mundial.
Ciertamente, los elogios a esta obra son muy previsibles, pues en general corresponden a una perspectiva netamente fantástica. En ese sentido valoro lo ajeno a lo real, lo imaginado, como cualquier amante de lo fantástico.
Sin embargo, considero que el contacto entre la realidad y la fantasía en esta obra es como un choque extraño, como algo no evocado con naturalidad sobre todo por los conocimientos que se tienen de esa época.
En general, me gusta la relación realidad-fantasía si elimino los clichés más o menos convencionales de este género, y, consecuentemente, reconozco su capacidad para predisponer a los jóvenes para encaminar sus lecturas hacia la novela histórica, en sí, o hacia la literatura fantástica.
La verdad, dicha obra representa la manifestación de un visión fantástica o de semi- fantasía de hechos reales con su propia identidad y contraste a un nivel capaz de evocar de una forma distinta la historia Europea.
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