A ti lector que anhelas viajar en el tiempo a épocas remotas, a ti mis palabras hoy:
Me decían el otro día por la fecha en la que he hablado sobre un libro eso de: "A buenas horas mangas verdes". Con este libro de Ana B. Nieto me ha sucedido un poco eso mismo y lo siento. Lo siento de verdad. Creedme. La lista previa era larga y problemas externos a las lecturas influyeron en esta tardanza.
Si algo he aprendido en mis lecturas es esto: en los libros descubrimos aquello que nos gustaría ser; en sus historias averiguamos aquello que sí somos.
Hoy muchos jóvenes y no tan jóvenes creen conocerlo todo sobre el pasado. Creen que aquellos fragmentos que les ofrecen del mundo pasado son todo el pasado, y lo mismo sucede con lo que hay en su actualidad y de la actualidad. Tropiezan, se equivocan, repiten los errores que otros ya antes cometieron. Yo pertenezco a un grupo dentro de una generación que mira más allá de lo que se quiere olvidar, comprendemos en casos el valor del olvido, y vemos como algo positivo la capacidad de reinventarnos conociendo los orígenes. Los verdaderos orígenes y no lo que nos quieran vender como tal.
Últimamente, con novelas como esta, pienso a menudo en nuestra historia y en el pasado, en aquellos que una vez fueron y se han perdido.
En este libro no se perdieron y podemos seguirlos. No están olvidados, no están cortados de la historia ni están atados a la oscuridad de lo que la memoria no quiere mostrar. Están colocados en el lugar que les corresponde por parte de una autora en una ficción que se acerca a aquello que está más allá de la añoranza, que está en lo profundo de nuestro ADN y que se funde en lo que nosotros somos.
No se vosotros pero yo quiero pensar que Ana B. Nieto, la autora, no sólo muestra unos personajes de ficción si no que de alguna forma nos entrega personas que ha querido y amado. Quiero pensar que lo hace a través de los endebles escalones que tiemblan cuando uno asciende o desciende de ese desván que es la historia con ese olor a cerrado, a moho y a tiempo olvidado.
Esta novela es como estar en la localización de un viejo castro, en el interior de una de las edificaciones, a cubierto mientras llueve y junto a las llamas de un agradable fuego donde uno ve como la realidad se vuelve leyenda y esta se transforma en mito, y en un mito que nos remite al pasado. Siempre al pasado. Nos lleva a ese punto del tiempo donde el pasado parece ir lejos de la visión de la propia autora de la novela y, por supuesto, muy lejos de la que nos ofrecen muchos libros de historia.
Resumiendo, la luz de esta novela brilla con fuerza en el firmamento literario. No sé por cuanto tiempo, pero lo hace. Por ello, me ha agradado la obra, como se juega con las descripciones de personas o lugares; ese carácter personal y particular de los personajes. Sí, es una obra que causa buena impresión en el lector, le deja su marca. Una novela con un toque romántico desde la perspectiva celta, pero también puede ser que no en el sentido de romance que muchos puedan esperar. Creo, por tanto, que es un obra que debe ser leída de la forma apropiada por aquellos lectores que aman viajar, como muchos de vosotros, a nuestro pasado y con nuestro pasado jugando con la fantasía. Es de esos libros que invita a repetir su lectura y que cambia oscuridad por luz.
Verdaderamente, me apena no haber subido mucho antes unas palabras sobre este libro. Merecía que hubiese hablado antes de él y no sólo nombrarlo en algún programa que otro del Podcast Annavalaina como sugerencia.
Ánimo y si os lanzáis a leerlo.
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