Creo que esta puede ser una de las mejores publicaciones de la editorial encargada de la publicación de la obra. Ha escogido la obra y autora apropiados para convencer al lector de lo que lee.
En una obra entre histórica y fantástica viajamos con personajes como Firuz, el narrador inicial, en pos del misterio, la aventura y lo desconocido. Al menos, al principio de la obra.
Así, de lugar en lugar, de personaje en personaje, nosotros viajamos también a la abadía de Clairets, una abadía cuyo plano es imaginario, pero que podría haber existido o existir tal y como se describe por parte de la autora.
La forma en que la obra es narrada demuestra que busca ser algo más que otras obras semejantes. Mientras otras novelas dejan al lector con ganas de más aventuras, esta nos deja con deja llenos, plenos de ella, y sí también nos deja ese deseo de que fuese mayor o de que tenga una continuación pero de forma muy distinta y por razones muy distintas de otras novelas. Sobre todo nos deja con ganas de más información, más datos, más anhelo de conocimiento. Va más allá de la simple aventura, y en ese sentido debemos valorar su relevancia.
Cuando coges el libro por primera vez ya te sientes localizado en la historia y dentro de la Historia. Conecta de esa forma con el lector, lo incluye y lo usa como referencia vehícular de la historia, una referencia externa que infiere en la referencia inicial interna de la obra y en las posteriores.
Se podría decir que desde un comienzo la base argumental es el descubrimiento. Descubrir que hay en la bolsa del extranjero de Dablak que Firuz conoce y al que acompaña en sus últimos momentos de vida. Descubrir el camino que lleva a Clairets, una camino caluroso como una noche veraniega.
La autora sabe mantener la tensión en todo momento para hechizar al lector, por ello, es una obra que vale la pena ser leída.
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