Buenos y amigables lectores:
Todos tenemos historias que contar. Todos tenemos historias que leer. Las novelas de fantasía son de esas obras que hay que leer aunque no sea el tipo de obra que más nos guste, aunque pensemos que no es una obra dirigida a lectores mayores de "x" años, aunque tropecemos con prejuicios internos (que nosotros tengamos por la razón que sea) o externos (que nos transmita la sociedad de algún modo).
"La Música del Silencio" de Rothfuss precisamente lucha contra todo eso que existe en su contra por que muchos dicen que se dirige a lectores jóvenes (algo que también se dijo mucho de "El Hobbit") cuando si la analizamos un poco detenidamente podemos llegar a descubrir que no es así.
Es cierto, no es como los tomos de "En el Nombre del Viento" o "El Temor de un Hombre Sabio", pero lo que hace es ofrecer una perspectiva distinta de lo que se puede entender por fantasía desde la mirada de ese personaje peculiar y por el que todos, o muchos lectores, llegamos a tener cierto aprecio cuando leemos los libros más extensos.
Owen Barfield que influyó en Tolkien y Lewis, según lo escrito por algunos autores, le dijo a Walter Hooper: "No soy un hombre mayor, soy un anciano." Es precisamente con ese tipo de apreciación con la que el lector, al menos fue lo que yo intente, debe aproximarse a esta novela, como si fuese este el relato de un día a día pasado que nos cuenta un anciano, no un hombre mayor, que está como Mandos en sus estancias observando el tiempo y escuchando a las gentes que pasan por esas estancias y sus historias o como Tarda que mira el Mundo desde los cielos estrellados.
No es una perdida de tiempo leerlo ni en las aulas, ni en asociaciones culturales oclubes de lectura, ni cada uno de nosotros a título individual, de forma única e intransferible.
¡Animaos a tomarlo entre vuestras manos! Y, ¡no os quedéis solo con la visión de la portada!
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