Fui, en su momento, lector de esta obra de corte histórico. Narrada con sencillez de cronista. Nos muestra el contexto de un ambiente histórico a través de algo más pequeño.
En la novela, y en cada capítulo de forma más alegre o triste, el autor nos muestra una historia dentro de la Historia. Y, los lectores, todos nosotros, podemos ver los sucesos del relato que se narra.
La novela da vértigo. Pero es toda una obra, cala y concisa, hasta filosófica, que juega con el tiempo, el tono, el timbre y el ritmo de lo que cuenta. Se percibe que el autor piensa con detenimiento y calculo poético las palabras a usar; hace que acaricien al lector, engatusándolo, poco a poco, para que siga leyendo hasta llegar al final.
Esta novela demuestra que toda obra literaria es siempre un medio de comunicación social, transmisor de sucesos de otra época, reales o inventadas, o de mundos tan efímeros que se vuelven consistentes. Nos muestra que nada puede ser capaz de cambiar algo tan eficazmente como el hombre.
Hoy se leen pocas obras como esta. Es algo que puedo casi certificar, por que sí existen algunas de igual calidad e incluso mejores en medio de ese mar de obras que dejan mucho que desear.
No sé si es culpa de los escritores, o es culpa de los editores que buscan cada vez con más impetú la fama o los beneficios. Por eso la voz de esta novela es interesante, pues nuestra historia camina bajo la sombra de muchas banderas. Pero hoy apenas se permite ve la verdadera historia.
Obras como esta hacen que se eche de menos la Historia.
Leer esta obra es ver un fragmento de esa historia, solo espero que la Historia se aleje de la política y aleje a todos los políticos de los errores del pasado, algunos de ellos se citan y aparecen en esta novela, y que parecen desear cometer de nuevo.
Os invito a leer esta obra, y a verla con la perspectiva de la Historia y no de las historias.
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