En nuestro días, al leer la obra de Savater, concretamente esta novela, que el azar acercó a mis manos y os aproximo con estas palabras, es como si el escritor en persa se sentase, y se pusiese a hablar contando una historia que por momentos es cho una enseñanza.
Es una ofrenda que nos presenta a cada uno sin importarle que la insulten, la persigan o la calumnien. Por la forma que tiene de narrar o de expresar, sólo por eso, esta obra está gozando ya hoy de la gloria de la inmortalidad.
Sí, a pesar de que nos cueste en algunos momentos entender pasajes no se presenta como la tristeza de un cementerio si no como la dicha de un gran día o de una fiesta.
Fernando Savater tiene mucho que decir en ella, aquello que nos deja ver de forma directa , ya eso otro que vemos como por el rabillo del ojo oculto entre las frases, expresiones y palabras.
Es una obra para leer siempre y en todo lugar porque en un país extraño, donde muchas veces caminamos entre sombras o nos invitar a caminar en ellas trae cierta inspiración e incluso esperanza. Nos hace encontrarnos aun en nuestra debilidad. Nos hace viajar a ese mundo de los cielos que el es universo de la literatura, de la fantasía y la ficción.
Os invito a leer esta obra. No por obligación, como en el colegio o instituto, si no por amor a la lectura.
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