Lectores valientes, los que habéis visto la película o los que no lo hayáis hecho:
Cuando alguien desea hablar de una obra de terror siempre se habla de Stephen King, de Lovecraft, G.G. Byron, y otros, muchos olvidan al autor de esta novela.
Como toda novela es literatura, está ambientada en un suceso del que el escritor escuchó hablar en un momento determinado de su vida. Por lo que posee ese toque de realismo preciso para atrapar al lector. Por otro, lado aunque puede estar basada en un hecho real concreto la obra es ficción.
En la obra, sin embargo, si se ve un mensaje muy claro desde un principio, un mensaje que ya otros autores de terror han dejado, y que es el de que no se debe jugar con lo que no se conoce. En este caso, todo parece iniciarse en una excavación arqueológica donde aparecen una serie de elementos que llevan a un personaje a tener una suerte de premonición. La premonición de un enfrentamiento entre el Bien y el Mal, entre el mundo real y el mundo espiritual. El elemento que va a ser catalizador inicialmente ese inicial contacto va a ser como no, una tabla de ouija. Nos muestra que nadie debe jugar con elementos que unen con los sobrenatural. Nos enseña que la ouija no es un juego de mesa.
William P. Blatty sabe como ir insertando poco a poco los elementos necesarios para aterrorizar al lector. Hacerlo temer y hacerle sentir lo que narra como algo totalmente real.
Ciertamente, puede que existan muchos elementos que no sean realistas en cuanto a religión u otras cosas similares. Sin embargo, debemos de tener en cuenta que es una ficción, y como ficción está muy bien. En su momento, se realizo la película pero ciertamente asusta más el libro que lo que se puede ver en la película.
A todos los amantes del terror le sugiero su lectura. Y a todos los ilusos que juegan con la ouija también se la sugiero, pues verán que es más peligrosa de lo que creen.
Cuando alguien desea hablar de una obra de terror siempre se habla de Stephen King, de Lovecraft, G.G. Byron, y otros, muchos olvidan al autor de esta novela.
Como toda novela es literatura, está ambientada en un suceso del que el escritor escuchó hablar en un momento determinado de su vida. Por lo que posee ese toque de realismo preciso para atrapar al lector. Por otro, lado aunque puede estar basada en un hecho real concreto la obra es ficción.
En la obra, sin embargo, si se ve un mensaje muy claro desde un principio, un mensaje que ya otros autores de terror han dejado, y que es el de que no se debe jugar con lo que no se conoce. En este caso, todo parece iniciarse en una excavación arqueológica donde aparecen una serie de elementos que llevan a un personaje a tener una suerte de premonición. La premonición de un enfrentamiento entre el Bien y el Mal, entre el mundo real y el mundo espiritual. El elemento que va a ser catalizador inicialmente ese inicial contacto va a ser como no, una tabla de ouija. Nos muestra que nadie debe jugar con elementos que unen con los sobrenatural. Nos enseña que la ouija no es un juego de mesa.
William P. Blatty sabe como ir insertando poco a poco los elementos necesarios para aterrorizar al lector. Hacerlo temer y hacerle sentir lo que narra como algo totalmente real.
Ciertamente, puede que existan muchos elementos que no sean realistas en cuanto a religión u otras cosas similares. Sin embargo, debemos de tener en cuenta que es una ficción, y como ficción está muy bien. En su momento, se realizo la película pero ciertamente asusta más el libro que lo que se puede ver en la película.
A todos los amantes del terror le sugiero su lectura. Y a todos los ilusos que juegan con la ouija también se la sugiero, pues verán que es más peligrosa de lo que creen.
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