Esta es una de esas obras que te deja un extraño sabor de boca. Un sabor que te guste o no tarda, tarda mucho, en desaparecer.
De esta obra no vamos a encontrar: para los valientes la novela publicada en 1993 y que fue Premio de la Crítica (1994); por su parte, los más "vagos" tenéis la película que realizó Fernando Trueba en 2002 y que se llevo 3 Premios Goya.
El narrador comienza diciendo: "Los sueños juveniles se corrompen en boca de los adultos". Es una frase, una única frase que desvela el final de la obra que tenemos entre manos.
Con saltos temporales y espaciales, con un nexo con el mundo actual que nos rodea encontramos una obra de Juan Marsé que busca el embrujo de la continuidad en el tiempo y no ser olvidada. Toda la obra remite a la época de la Guerra Civil y las consecuencias que tuvo entre las gentes de aquella España que vieron muchos caer aquellas convicciones que les habían transmitido.
Lo mejor que tiene es ese juego con lo irreal y lo mítico de una época que para muchos era oscura o que la sintieron tenebrosa.
Ciertamente, se nos muestra esa gente oscura, de vidas arduas, sin sentido de la esperanza que dan forma a ese ambiente que forja a las gentes que han visto cualquiera de los aspectos de una guerra cuyo restado, gane quién gane, siempre es un fracaso y una derrota.
La magia principal de esta obra está en el factor de la credibilidad. El autor logra que el lector sienta la historia como algo que pudo pasar realmente, que puede creerse como verdadero y que puede sentir próximo a si mismo cualquiera que tenga el libro entre sus manos. Es posible que, por esa razón, y por esa nostalgia que transmite hechizando al lector fuese por lo que consiguió el Premio de la Crítica. No lo sé.
Si sé que esos detalles hicieron que volviese a leer esta obra cuando ya la tenía olvidada y arrinconada en un lugar perdido de mi pequeña biblioteca particular.
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