jueves, 31 de octubre de 2024

"Los Últimos días de Pompeya" de Edward Bulwer-Lytton

Amigos Lectores:

Podría decir que esta novela histórica es poesía. Poesía como "Compañeros de viaje" pues esta obra es un buen compañero de viaje al pasado y en el presente. Tiene una narrativa y caracter suave, con una dosis en su ritmo casi teatral y de autosacramental o una obra religiosa como la "Trilogía de las Barcas".

Tiene una belleza que recuerda la novela "El Señor de Bambibre" pero su tono es diferente tanto a nivel de viveza como a nivel de frescura.

Es como ver la película "El demonio y la carne" pero desde una visión que atraviesa al lector y lo transporta a una sociedad con un sentir o bañada por un ambiente desértico (no me refiero a que el clima sea desértico sino al sentimiento que llega).  Más también es una obra como el personaje Gilgamesh que se alza heroica para contar una historia conservada a piedra y fuego. 

Podría decir que esta obra es como la "Sinfonía elegíaca" de Alberto Ginastera. Incluso podría compararse  a esa sonrisa eterna de la Monna Lisa.

A pesar de cierta atmósfera poética, cálida y colorida la obra esta abierta a hacer que pensemos en las posibilidades de los pompeyanos más allá del Vesubio; y en ese sentido se abre de forma pedagógica al lector convirtiéndose en un ejercicio que transciende sobre los conocimientos sociales, naturales y religiosos de aquellas gentes y época.

En cierto sentido perfecciona obras de las que ya hemos hablado en el Blog Annavalaina como las de Kim M. Kimselius o que podría influir en como se pueden entender estas o incluso en como se llega en algunos casos a su realización.

Realmente la obra de Bulwer-Lytton tiene ese esplendor extraordinario de los mosaicos y frescos que descubrimos en los yacimientos de la época romana, los de San Pedro o las obras de Giotto en cuando a esa parte mística que transporta, desde un punto de vista literario al lector a través de esa fresca puerta al pasado que encontramos en algunas obras literarias como "Sigfrido", "Anfitrión" o "La guerra de Troya no tendría lugar" de Giraudoux.

Me ha encantado poder leerla y poder llegar a ella en mi caso gracias al bookcrossing que hacen en Arzúa. Espero que vosotros lleguéis también a ella de alguna forma fascinante que os anime no sólo a tenerla un instante entre vuestras manos sino también a leerla.