miércoles, 15 de febrero de 2017

"Erros e Tánatos" de Gonzalo Navaza



Lectores:

Al leer esta obra unas palabras acudieron a mi cabeza, un retazo de algo leído o quizá escuchado:
"... el hombre bueno,
sea maestro de los hombres buenos;
y que el que no es bueno,
sea una prueba de los hombres buenos."

En un principio no comprendí la razón por la cuál acudieron a mi: Después de volver a leer la obra lo comprendí.

Algunas veces la verdad de lo que hay en una obra está unido a ella misma, pero el secreto de su fuerza está en la fuerza de esas palabras que la componen. En cualquier obra, también en este caso, podemos llamar a eso "esencia del misterio".

Nosotros como lectores podemos leer obras como esta como miramos el mundo a nuestro alrededor, pero comprender esto, o explicarlo es realmente difícil, es complicado. Más el autor nos descubre en las bases de su obra cuál es su marca, pues para él, no para nosotros, su conocimiento es entendido y pleno. Nos implica a ir más allá de leer o contemplar lo escrito o lo que nos rodea como una realidad. Nos invita a profundizar en esa realidad. Una realidad que se presenta como algo transformador, y que transforma. Una realidad en la cuál se modifican tras una intensa lectura la capacidad de alienación que tienen en nosotros las circunstancias que nos rodean. Eso es cambiado como transmutado por la piedra filosofal de esta obra.

Con todo esta obra no es un mecanismo sino que es una acción que el autor ha intentado controlar para cada uno de nosotros lectores, y todavía después de tres lecturas yo no sé si lo ha logrado de forma afortunada o todo lo contrario. Os sugiero leerla a ver si vosotros tenéis más suerte que yo en ese punto.

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