martes, 7 de febrero de 2017

"Archipiélago Gulag" de Alexsandr Solzhenitsyn

A todos los lectores que cojan esta obra:

Decirles que no se sorprendan si les cuesta leerla, a mi me costó mucho.

A veces hay obras que entristecen nuestro corazón ante hechos que han acaecido o han podido acaecer, otras nos producen confusión. Eso suicede porque nuestro subsconsciente desea libertad para actuar, esta obra sirve para intimidar ese deseo de libertad de nuestro subconsciente y nos hace ver de forma distinta el mundo que nos rodea, las leyes y la sociedad.

No sólo eso, nos enseña que las verdades historias salen de la propia experiencia vital de cada persona y de su corazón. Esta obra nos habla de la opresión, intelectual y social, una opresión basada en la creencia de superioridad de unas personas con respecto a otras. Es algo que también pasa hoy en nuestro país, lejos de la Rusia de la novela. Es esta obra una luz que nos abre los ojos a la realidad, a la lucha verdadera de los que buscan la verdadera cultura, ya sean escritores o intelectuales. Esta obra es capaz de encender la llama airada de nuestros corazones, pero también nos hace sentir compasión del protagonista de la obra. Nos hace  sentir bondad, clemencia y templanza para desde ellas luchar por el libre albedrío intelectual.

No debemos ignorar la diferencia temporal entre la actualidad y la época de la novela. En la novela se nos habla de un Gulag, hoy hay muchos gulags, muchas formas de condenar al olvido a intelectuales, artistas, y escritores cuando  sus ideas no son las de los gobernantes y otros políticos diversos. Son gulags que se inician en los sitios pequeños, las familias, las comunidades de vecinos, los ayuntamientos, en las provincias, en las comunidades autónomas y los paises. Esta obra no hace beber a los lectores las aguas de un conocimiento velado en nuestra sociedad, nos hace sentir dolor e ira para hacernos alzar la espada de fuego de la palabra.

Es una obra que despierta el sentido de justicia del lector, nos hace luchar sin rendirnos ante las pruebas de estos otros gulags tan diferentes pero tan cercanos al de la obra de Solzhenitsyn.

Ciertamente, la obra nos enseña que los verdaderos protectores de la cultura no son los políticos sino que son los escritores, artistas e intelectuales libres, conocidos y desconocidos, que hacen escuchar su voz a través de sus obras para enseñar, dar esperanza y ante todo limpian nuestros corazones de las falsas enseñanzas y las falsas historias.

Creo que es por tanto esta que aquí sugiero una obra muy recomendable para leer en nuestros días.

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