martes, 19 de marzo de 2013

"Coloquio en la calle Tallers" y "El mellizo mezquino, y el postizo" de Xavier Sirés

Lectores:

Voy en esta ocasión a tratar de hablar de dos relatos que han llegado a mis manos cuyo autor es Xavier Sirés. El primer relato es "Coloquio en la calle Tallers"; el segundo es "El mellizo mezquino, y el postizo".

En  "Coloquio en la calle Tallers" el autor nos traslada a la parte oscura de la sociedad y de las creencias inventadas sobre ciertas personas que se ven como de segunda clase. Nos traslada a la puerta trasera de nuestra realidad para que la abramos y veamos lo que hay al otro lado. Así el autor nos lleva con sus palabras a esa laguna de lágrimas mudas de aquellas personas que son tratadas como objetos o como máquinas.

El estilo del relato es atractivo y sería un buen inicio para una novela más larga. Esta claro que hay algo que está en la propia naturaleza de la narración capaz de llegar al lector de nuestros días. Creo incluso que podría dar entrada a una oscura historia de mucho mayor calado y que al lector le hiciese abrir los ojos al vals lento del mundo en el que vivimos.

Por otro lado, "El mellizo mezquino, y el postizo" nos traslada el temor de nuestro interior a nuestras propias inseguridades y miedos.  Convierte al lector en un oscuro ente dentro del jardín de los dioses, pues esa es la sensación  que traslada  al lector el personaje de la historia que nos cuenta. 

Es un relato que si se lee con el debido detenimiento puede aterrorizar al lector que hace la ruta de su lectura. Es un texto como esos relatos de fantasmas que a mi me ha recordado en cierto modo a Kafka, pues nos traslada una historia que va a las verdades ocultas de la noche, a la puerta oculta y peligrosa de nuestra propia mente, y a esa dualidad que todos nosotros tenemos en nuestro interior.

Tras leer esos dos textos he podido percibir el blanco oculto del peligro de nuestra actual sociedad que puede hacer que nos matemos a nosotros mismos, que nos veamos y dejemos que nos vean como meros autómatas que van de un lado a otro haciendo aquello que desde algún lado les ordenan sin tener ningún pensamiento propio, sin usar nuestra mente y creyendo totalmente lo que otros nos cuentan sin corroborarlo nosotros mismos.

El viejo del primer relato a pesar de ver la sangre mantiene su creencia de que ella es un autómata. En el segundo relato se nos muestra como nosotros mismos podemos asesinar y destruir nuestra propia realidad.

Creo que son dos textos elaborados para hacer que veamos la oscuridad social que hemos creado y que nos rodea. Pero también nos hace ver que igual que hemos creado esa oscuridad también podemos crear luz en nuestras manos está hacer una u otra cosa.

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